Pancer es el nombre del perro antiexplosivos que, con tan solo 3 años y 8 meses de vida, se convirtió en el guardián más querido por los soldados que trabajan en la erradicación manual de cultivos ilícitos en el Catatumbo.
Su fino olfato ha detectado más de 100 explosivos artesanales que han instalado criminales para detener la labor del Ejército.
El labrador chocolate hace parte de los 54 canes “preparados y entrenados en rastreo, detección de artefactos explosivos, que los criminales instalan cerca de estos cultivos”, dijo el coronel Juan Carlos Niño Colmenares, comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido N°3.
La habilidad natural de este perro antiexplosivos lo hizo acreedor del récord en detección de minas en su área.
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"Este año ha sido muestra de punta de lanza para avanzar en la erradicación de cultivos ilícitos. Junto a su guía canino han logrado detectar y ubicar más de 110 artefactos explosivos y minas antipersonal", afirmó el coronel Niño.
Para el Ejército Nacional, el perro antiexplosivos Pancer no es solo un guía canino, también es un héroe que ha evitado que soldados y campesinos mueran o queden mutilados por los artefactos artesanales.
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