Este joven renunció a su trabajo, vendió todo y adaptó un bus para viajar por siempre con sus perros

Aunque muchos podrían creer que Diego Alejandro Álvarez está loco de remate, lo que está es loco por cumplir sus sueños y viajar con sus dos perros. Vendió su casa, su carro, su moto, y renunció a su trabajo para adecuar una casa rodante que lo llevará a todas partes.

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“Vendí todo el apartamento, el carro, la moto, para poder construir este gran sueño. No importa lo material sino las experiencias, eso es lo que yo quiero para mi vida, llenarla de experiencias y recuerdos”, explica Álvarez.

A sus 33 años de edad, no se imaginó que resultaría en estas. Hoy, lo único que tiene es una buseta refaccionada que él mismo ha adecuado durante cuatro meses y que en pocos días se verá asomar por diferentes países del mundo.

“Vamos a iniciar con Cali, Buenaventura, damos una vuelta por Colombia para ya iniciar por todo Suramérica. No me voy a cansar de conocer lugares porque quiero que mi vida sea un viaje”, explica Diego Alejandro.

“Cuando yo ya vi, porque él por donde mete la cabeza dice por ahí es, y dice es mi sueño, y es lo que me hace feliz, lo apoyé”, explica Marisol, la mamá del joven.

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Esta casa rodante es inteligente y su dueño seguro que también. Anda terminando el acueducto pero ya pulió la ducha, la cocina, el cine, el escritorio y la lavadora.

Sobrevivirá a los trabajos que le resulten durante esta travesía. Diego se irá con buena compañía porque Alaska y Celeste, sus mascotas y grandes amigas, no lo desamparan.

Piensa morir de viejo pero siempre viajando en esta buseta. A este administrador financiero pocos lo verán fácil, porque con el camino que le espera, no tiene mucho tiempo para invertir.