Juan Guillermo Zuluaga, gobernador del Meta, se pronunció tras el atentado en Granada frente al batallón de infantería N.21 Batalla Pantano de Vargas con un motocarro, en el que el hombre que conducía y un soldado fallecieron, acción que calificó de “macabra y cruel”.
“Estamos volviendo a épocas de guerra, de dolor. En el año 99 en este mismo sitio explotó un carro bomba y en el 2002 también explotó un carro bomba y en el departamento del Meta no queremos volver a esas oscuras épocas”, expresó.
El mandatario regional también se pronunció frente a lo dicho por el presidente Iván Duque, quien aseguró que el atentado en Granada “es una vez más el propósito que tienen las disidencias de las FARC y que tiene el ELN de tratar de desestabilizar en época preelectoral. Claramente estamos viendo que hay algunos interesados en combinar todas las formas de lucha para tratar de incidir en el proceso electoral de Colombia. El mensaje es claro, al terrorismo lo vamos a seguir enfrentando con contundencia”.
Para el gobernador Zuluaga, cometer actos terroristas por la coyuntura electoral “es una posición macabra y demencial de algunos sectores” que lo único que quieren es “desestabilizar y a veces encausar la misma opinión pública. Es terrible este tipo de pensamiento, a ellos es que les tiene que caer todo el peso de la ley y el rechazo y repudio de los ciudadanos”.
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Según el funcionario, por el atentado en Granada resultaron heridos cinco militares y un civil. Uno de los uniformados se encuentra en estado crítico.
El comandante de la Cuarta División del Ejército, general Antonio Beltrán Díaz, atribuyó el ataque a una disidencia de las FARC conocida como Jorge Briceño, que pretendía "ingresar un motocarro con alimentos a algunas de las unidades que están acantonadas".
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"Los actos protocolarios cubiertos por uno de nuestros soldados heroicamente evita que este vehículo ingrese hasta las instalaciones", agregó el oficial, que lamentó la muerte del uniformado.
La violencia se ha profundizado en casi toda Colombia en los últimos meses, pero la situación es particularmente delicada en los departamentos del Cauca y Arauca, y en las regiones del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, Bajo Cauca antioqueño y sur del Pacífico.
El domingo pasado la explosión de un carro bomba cerca de la estación de Policía de la localidad colombiana de Padilla, en el Cauca, dejó tres heridos.
El pasado 20 de enero estalló otro carro bomba en una zona céntrica de Saravena, Arauca, que dejó un muerto y cinco heridos.
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