
Recientemente, la presencia de controles realizados por personas oriundas de la zona en la entrada de Playa Blanca, en la isla de Barú, generó una fuerte controversia en la ciudad de Cartagena, pues estas medidas impedían a los visitantes ingresar alimentos al balneario, una práctica que fue cuestionada por usuarios en redes sociales, quienes se encargaron de viralizar los videos que mantienen a las autoridades alerta.
El alcalde de Cartagena, Dumek Turbay, en medio del revuelo mediático que se generó, ordenó el desmonte de los retenes ilegales y aseguró que ninguna comunidad ni operador turístico tiene autoridad para realizar requisas ni impedir el ingreso de personas. Aunque reconoció que el ingreso de alimentos está restringido por ley en esta área protegida, resaltó que el control debe estar a cargo de las entidades competentes.
¿Cómo comenzaron los hechos?
La polémica comenzó con un video difundido en redes sociales, en el que se observaba a varias personas formando filas para ser revisadas por integrantes de la comunidad local. En la grabación, una mujer denuncia que no estaban permitiendo el ingreso de “mecato, hieleras ni nada”, mientras muestra cómo se hacían las inspecciones a los bolsos de los turistas.
Según informó Caracol Radio, los comerciantes nativos anteriormente habían emitido un comunicado en el que informaban que no permitirían el ingreso de alimentos ni bebidas que no fueran adquiridos dentro del balneario. Argumentaron que la llegada de turistas con productos externos ha disminuido los ingresos de las familias que viven del turismo y que esta práctica compromete la sostenibilidad económica de la zona.
“La comunidad nativa de Playa Blanca informa a todos los visitantes que, a partir del martes 15 de abril, no estará permitido el ingreso de alimentos ni bebidas que no sean para consumo dentro de los establecimientos de la isla. Esta medida busca proteger y fortalecer la economía local”, decían.
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Este hecho generó indignación entre visitantes y residentes, quienes solicitaron la intervención de la Alcaldía de Cartagena. Algunos ciudadanos criticaron que se violaran los derechos de libre circulación y cuestionaron que se asumieran funciones que no corresponden a ciudadanos particulares. Por otro lado, los comerciantes de la zona defendieron la medida, argumentando que la llegada de turistas con su propia comida afecta directamente su sustento económico.
¿Qué dijo el Alcalde Dumek Turbay?
El mandatario, por un lado, defendió la postura de las personas originarias del lugar, pues según la perspectiva legal, Playa Blanca hace parte del Parque Nacional Natural Corales del Rosario y por esa razón está clasificada como una zona ambientalmente protegida.
De acuerdo con la normativa vigente, "el ingreso de alimentos al lugar a está prohibido salvo los industrializados (mecatos)". Sin embargo, el alcalde aclaró que "los nativos, operadores turísticos y consejos comunitarios NO son autoridad administrativa para hacer control de ingreso de visitantes ni para realizar requisas".

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Además, explicó que en caso de incurrir de nuevo en estas revisiones sin autorización del gobierno "tendrá consecuencias legales severas para los involucrados". Así mismo, mencionó que a pesar de que están del lado de los comerciantes, todos deben respetar las normas: "Así como les extendemos la mano para acogerlos y respaldarlos, no nos temblará para ejercer autoridad, sea quien sea. Y lo saben".
A raíz de esta situación, la administración distrital anunció que a partir del 16 de abril se iniciarán patrullajes permanentes por parte del Cuerpo Élite de Control de Playas y la Policía Metropolitana de Cartagena. El objetivo es garantizar que se cumpla la legislación ambiental y que se mantenga el orden en la entrada y salida de Barú.
Además de los controles al ingreso de alimentos, se implementarán operativos para verificar el cumplimiento de normas de bioseguridad, precios regulados al turista y regulación del tránsito de motonaves en zonas de baño.

Indicó que el Distrito está trabajando para que los operadores turísticos cumplan con las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y se respeten las normas que rigen la atención a visitantes. El alcalde aseguró que estos esfuerzos buscan proteger tanto el ecosistema como los derechos de los turistas y la comunidad local.
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“Estamos del lado de los nativos; pero también velamos por la seguridad, tranquilidad e integridad de los visitantes, tanto locales como foráneos, para garantizar la mejor experiencia posible”, escribió el alcalde en su cuenta oficial en la red social X.
Por ahora, los retenes realizados por particulares han sido eliminados y las autoridades toman el control del ingreso al balneario. La medida busca garantizar que se respeten las normas vigentes sin poner en riesgo la convivencia ni el acceso libre a uno de los lugares más visitados del país.