La Chorrera, con su belleza y ubicación, fue el lugar en el que Julio César Arana puso el ojo como principal centro de acopio.
Allí, en la mitad de la selva, los Arana levantaron une enorme casona de bodegas, oficinas y calabozos por la que circuló, al mismo tiempo, la sangre blanca de los árboles y la sangre roja de los hombres.
Desde allí salía la materia prima que en las selvas producía dolor y muerte y en Europa y Estados Unidos, bicicletas y autos.
Vea aquí la primera parte de este especial:
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Viaje al pasado: recuento de la masacre de las caucherías que inspiró La vorágine (Primera entrega) Vea aquí la segunda parte del especial:
Recorrido por la Casa Arana, testigo mudo de la masacre de las caucherías (Segunda entrega)