Carlos Aponte empezó a manejar tractomula a los 20 años de edad. Hoy, con 47, sabe que siempre debe revisar la presión del aire en las llantas y evitar que las bandas de la transmisión se recalienten, sobre todo cuando atraviesa al alto de La Línea.
Viajando por esta escarpada vía, vivió su peor varada: “hay una (zona) pesada que llamamos 'alcanzaperros', ahí quedé varado por una transmisión. Me tocó pasar ahí dos noches muy duro, muy duro ahí porque eso es duro el frío y cuidando el carro. Esa es una experiencia que tuve ahí y los trancones también que me ha tocado”.
Añade que “hay trancones en que usted entra a las 8 de la noche y al otro día sale, a Calarcá o a Ibagué".
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La Línea, la más importante para la movilización de carga y pasajeros, suma 850 horas cerrada al año por vehículos varados o accidentes de tránsito causados por deslizamientos y lo estrecho de la vía.
Para Jorge León, un transportador que lleva años transitando por la carretera, “uno tiene que tener todos los cinco y seis sentidos puestos".
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Según los cálculos de Invías, la operación de La Línea cuesta $505 mil millones de pesos. Con la entrada en operación del túnel principal, el ahorro será de $254 mil millones.
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