Aníbal Lozano García era un ganadero del municipio de Pailitas, en el sur del Cesar, y dueño de un predio conocido como Calandaima, de unas 1.300 hectáreas de extensión, que fue ocupado por 150 familias. El vocero de esas personas negó que la propiedad le perteneciera al hombre asesinado a principios de agosto.
En enero de este año, Lozano grabó un video junto a su padre desde la clandestinidad por las amenazas contra su vida. Allí hablaba de la "finca Calandaima, de la cual nos han echado, nos han robado, nos acabaron la casa, nos sembraron hasta yuca, nos metieron hasta ganado".
Y hacía un llamado al entonces "ministro de Defensa, Diego Molano, doctor gerente de Fedegan (José Félix) Lafaurie, aquí me encuentro escondido por culpa de los alcaldes, y ellos saben que yo soy el nuevo dueño de la finca".
El ganadero fue asesinado el 6 de agosto sin que su predio fuese desocupado. Las autoridades locales dicen haber hecho lo posible por ayudarlo.
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"Sí, claro, sí señor, aquí desde el municipio de Pailitas tuvimos las puertas abiertas para establecer todo lo correspondiente sobre ley, para adelantar el desalojo de dichos invasores en su momento", sostuvo Elexor Trigos, secretario de Gobierno de la población.
Vía telefónica, un vocero de los ocupantes del predio -que no se identificó- aseguró que la finca no era del ganadero y que lo invadieron porque permanecía solo.
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"Realmente no era de él, él no tenía nada para justificar que ese predio era de él", dijo.