Trabajadores del aseo, cansados de la inseguridad de ese sector en la noche, se armaron con palos para poder barrer tranquilamente las vías.
“Ya la situación está un poco complicada para nosotros. Nosotros no podemos dejar la herramienta por ahí porque no aparece”, denuncia uno de ellos.
Celulares, dinero y hasta las escobas les han robado. La culpa, dicen, es de varios habitantes de la calle.
“Algunos indigentes, ya cuando están muy llevados del vicio, no respetan. A mí me pidieron una moneda, al compañero le pidieron algo de comer. Nos ‘atarzanaron’, una mujer me cogió, casi me la logró quitar, no pude. Me puso un cuchillo en el cuello, amenazó contra mi vida”, sostiene una víctima.
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La Policía pide a quienes han sido atacados poner el respectivo denuncio.
Los escobitan, por su parte, afirman que no son todos los habitantes de la calle.
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