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Mientras la justicia le prohibía publicar desde sus redes sociales, en aquel 2019, la influenciadora Epa Colombia decidió montar un ambicioso negocio de queratinas con el que, afirma, actualmente les da trabajo directo a cerca de 100 personas e indirecto a otros cientos de vendedores que obtienen su sustento gracias a la comercialización de estos productos.
El negocio estrella de la influenciadora, quien actualmente enfrenta una pena superior a los cinco años luego de haber vandalizado una estación de Transmilenio durante las manifestaciones de 2019, creció exponencialmente y se convirtió en uno de los referentes de queratinas más importantes a nivel nacional. Sin embargo, tras varios años desde su éxito, esta compañía parece presentar algunos problemas.
(Lea también: La carta de Epa Colombia contra decisión de su anterior abogado: "Fue sin autorización" )
Y es que, tal como lo dio a conocer Epa Colombia en una reciente entrevista con Noticias Caracol, desde que la influenciadora llegó a la cárcel ha evidenciado problemas con su compañía, pues su imagen era clave en el mercadeo y la distribución de este producto para el cabello.
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"Mi negocio va mal porque yo soy la imagen, yo soy la figura pública de los productos los cuales sale a promocionar. Yo todos los días los saco a promocionar. (...) Yo soy la cara de ello", dijo la influenciadora y empresaria colombiana, quien actualmente paga por los delitos de instigación a delinquir con fines terroristas, daño en bien ajeno y perturbación del transporte público.
Esta no sería la primera vez en que la empresa de Daneidy Barrera Rojas presenta algunos problemas, pues hace seis meses la propietaria del negocio dio a conocer que Keratinas Epa Colombia había sufrido una importante pérdida financiera debido a que llegaron materias primas en estado defectuoso, daño económico que se tradujo en pérdidas cercanas a los 900 millones de pesos.
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Noticias Caracol habló con Daneidy Barrera Rojas desde la cárcel El Buen Pastor. Durante esta entrevista, la bogotana confesó que "han sido días difíciles" para ella. Así mismo, Epa Colombia reconoció que sus acciones de haber vandalizado la estación Molinos de Transmilenio no habían sido las correctas, aunque todavía se opone a un delito del cuál se le señala.
"Es desproporcionado lo que ha pasado con mi caso. Yo pagué cuando me hicieron pagar, a mí me quitaron las redes sociales. Yo cada mes iba a Paloquemao y firmaba un libro. Me resocialicé, saqué empresa, generé empleo y ayudé a las personas que lo necesitan. Tengan en cuenta todo ello", dijo a Noticias Caracol Epa Colombia.