Desde febrero pasado se suspendieron las obras del Buen Samaritano en el municipio La Cruz. Pacientes tienen que ser atendidos ahora en un antiguo ancianato.
Todos dicen que se trata de un elefante blanco, pues las obras debían durar 10 meses.
"Está repartido casi todo el hospital: la administración queda más o menos a unos 700 metros, en otra parte existe todo lo de consulta externa, en otra parte existe todo lo de archivo, en otra casa todo lo que es lavandería. El hospital está desmembrado completamente", dice María Argena Águila Bolaños, auxiliar de enfermería.
En medio de este drama, los pacientes reciben atención en un ancianato que tiene habitaciones sin puertas y el hacinamiento es pan de cada día.
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“Realmente los gobernantes que nos dejaron sin hospital deben ponerse la mano en la conciencia", pide María del Pilar Rodríguez, paciente.
El dinero para terminar la obra está embolatado; autoridades departamentales y municipales se culpan mutuamente sin que se vislumbre alguna solución.
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