En el departamento de Caldas una enfermera recorre a caballo extensas trochas para vacunar contra el COVID a personas que viven en las zonas rurales y no pueden desplazarse hasta los hospitales.
A pesar de las dificultades en los caminos y lo adverso del clima, esta guerrera cumple con su tarea.
A caballo, atravesando trochas y ríos, se ha visto a Blanca Zuluaga, llevando vacunas contra el coronavirus hasta las veredas más lejanas del municipio de Aranzazu , un municipio caldense.
“La vacuna les gusta mucho, la gente que no puede llegar hasta la institución. Nos busca, se acerca y nos cuenta cuál es la dificultad con el usuario y entonces ahí concertamos para ir hasta la vivienda y lograr el objetivo”, cuenta.
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Es conocedora del compromiso que asume y por eso ha emprendido los recorridos más largos así sea con dificultades.
Sus compañeros y jefes resaltan su vocación de servicio sin importar las dificultades.
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“Es una persona con el corazón dedicado a sus pacientes, a la salud, tiene la sensibilidad humana, social y médica, o más que médica, en salud, para ir hasta el sitio más recóndito del municipio”, dice Carlos Heredia, el director territorial de Salud de Caldas.
“Es una excelente persona, la comunidad la quiere mucho, como enfermera tiene mucha vocación de ayudar a las personas”, destaca Luisa Quintero, enfermera del hospital de Aranzazu.
Así como la enfermera Blanca Zuluaga hay muchas otras profesionales en el departamento que hacen esta comprometida labor.
“Como Blanquita tenemos más de 200 personas vacunadoras, con esa sensibilidad, con ese profesionalismo, con ese rigor por hacer bien las cosas; es un privilegio para el departamento contar con estas personas”, indica Heredia.
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Los esquemas de vacunación COVID-19 han tenido cobertura de un 18,3% en el municipio de Aranzazu, con un total de 10.500 personas inmunizadas.