Un pequeño oso perezoso fue encontrado con signos de maltrato en las carreteras de Santander. El animal fue llevado a la autoridad ambiental y recibe atención médica de veterinarios para devolverlo a su hábitat.
El pequeño oso perezoso de cinco meses fue encontrado en muy malas condiciones en San Vicente de Chucurí y fue llevado hasta San Gil donde la Policía lo entregó a la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS.
"Está en buenas condiciones, pero da muestras de que ha sido maltratado. Tiene unas costras encima de la nariz, muestra de que le han golpeado”, dijo el médico veterinario de la CAS, Luis Emilio Atuesta.
El pequeño perezoso apenas está aprendiendo a trepar a los árboles y está siendo atendido por veterinarios en una finca de Socorro, Santander. Además, la alimentación se le suministra mediante teteros.
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“Y para coger esta especie en el bosque, estoy seguro que han debido matar a la mamá. Eso no tiene carta de presentación a estas alturas”, agregó Atuesta.
Los perezosos son una especie endémica y son de gran importancia para la ecología de Colombia y Suramérica.
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Alejandro Sotomonte, médico veterinario compartió que “el oso perezoso es de las especies tropicales de fauna silvestre que contribuye a la distribución de semillas de muchas especies arbóreas, comen y las inseminan”.
Estos perezosos y cualquier otra especie de fauna silvestre deben vivir en su hábitat natural.
“Invitamos a las comunidades, a la gente del campo a que dejen las especies de fauna silvestre quieta. Esto no corresponde a la realidad, que estemos en plenas alturas del siglo XXI sacrificando hembras para coger los bebés para poderlos comercializar y vender”, concluyó el médico veterinario Luis Emilio Atuesta.
Una vez esté sano y fuerte, el perezoso será regresado a su hábitat natural de donde nunca debió salir.
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Torturados y dopados, así hallaron a varios animales silvestres que iban a ser traficados en Córdoba
Noticias Caracol fue testigo de la crueldad con la que una familia sometía a cientos de animales silvestres para venderlos en una vía del departamento de Córdoba. Micos, venados, pájaros y hasta un jaguar vivían en una especie de cárcel.
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“Un jaguar juvenil que está atado con esta cadena, este es un animal sombrilla, es el animal que es el más alto de la cadena alimenticia. Entonces podrá imaginarse usted, el daño ecológico, el daño al medio ambiente, a la diversidad”, afirmó Alberto Muñoz, coordinador del Centro de Atención Ambiental de Córdoba.
A este felino le daban de comer animales enfermos o que ya habían muerto, como loros, pericos y tucanes.
Los traficantes lo tenían listo para ofrecerlo en las carreteras de este departamento al mejor postor, como lo demostró un agente de la Dijín que se infiltró en esta red criminal y fue testigo de la forma como venden otros animales silvestres.