Desde hace cuatro días, al Hospital Regional de San Gil, están llegando cerca de 200 pacientes diariamente
. La razón tiene que ver con un fuerte dolor de estómago, fiebre, mareo y malestar general que podría estar asociado a la calidad del agua que consumen en el municipio.
Las cifras de la Subsecretaría de Salud de San Gil confirmaron que 1.200 personas han sido atendidas por gastroenteritis. Ante esta situación, las autoridades declararon la alerta amarilla hospitalaria, con altas posibilidades de que cambie a roja.
“Realmente es preocupante porque tenemos muchos pacientes que han consultado en estos días con múltiples episodios de vómitos. Nos preocupa porque la cantidad de gente que ha llegado supera la capacidad que nosotros tenemos, incluso para poderlos atender”, enfatizó Carlos Andrés Ariza, jefe de urgencias del Hospital Regional de San Gil.
De acuerdo con el acueducto del municipio, Acuasan, se investiga si la situación se habría generado por efectos de la sequía. Al parecer, el fenómeno habría impedido que la totalidad del agua distribuida terminara su potabilización.
“Estaba saliendo más agua de la que estaba entrando. Cuando se aplicó el cloro pudo suceder que el cloro no alcanzara a hacer el proceso de desinfección. Presuntamente, pudo haber pasado eso, es lo que estamos averiguando”, explicó Leonel Quiroz, gerente de Acuasan.
Otros municipios como Curití, Ocamonte, Barichara, Charalá, Villanueva y Mogotes, en Santander, también reportaron pacientes que presentan los mismos síntomas.
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