Los cuatro hermanitos que fueron rescatados en la selva del Guaviare
siguen siendo tratados en el Hospital Militar Central, en Bogotá. Los menores son atendidos por desnutrición y deshidratación por parte de un grupo interdisciplinario de especialistas, entre ellos, pediatras, nutricionistas y neurólogos.
Sin embargo, los cuatro niños también fueron visitados por mayores indígenas, quienes son muy especiales para la familia de los pequeños. Según este grupo, es importante llevar a cabo algunos rituales para agradecerle a la madre tierra por el milagroso rescate.
Giovani Yule, director de la Unidad de Restitución de Tierras y quien también hace parte de la comunidad indígena, explicó en qué consisten estos rituales.
“Ellos lo que hicieron fue recibir a los niños cuando llegaron al aeropuerto de San José, les hicieron más o menos tres ritualidades que consistían en recibir a los niños de los espíritus de la madre selva, hacerles la armonización. Cuando esto ocurre, es el camino espiritual el que nos permite a nosotros conservar el camino de la vida, el camino espiritual. Dicen nuestros mayores: si nosotros tenemos nuestro espíritu equilibrado, vamos a poder caminar en armonía”, enfatizó Yule.
El haber permanecido durante 40 días en la selva del Yarí solos, dice la comunidad indígena, es una demostración del poder que tiene la niña mayor, quien dirigió y cuidó a sus hermanitos hasta el momento de su rescate.
Así reaccionaron abuelos de los cuatro hermanitos rescatados en el Guaviare al ver primeras fotos
En medio de abrazos y lágrimas de alegría, que luego se transformaron en baile, los abuelos de los hermanitos hallados en Guaviare celebraron el rescate con vida de sus nietos. Durante 40 días, la familia Mucutuy Valencia estuvo en un hotel de Villavicencio esperando una llamada que por fin llegó.
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Narciso Mucutuy, el abuelo de los cuatro hermanitos, aseguró que la palabra alegría queda corta para describir lo que sintió. “No hay como uno suspirar de la alegría de haber encontrado a los 40 días a nuestros nietos desaparecidos en Yarí. Estoy contento, agradecido con el encuentro que hicieron el Ejército y los pueblos indígenas. Me siento contento, alegre, no hay nada más que decir, mi Dios es muy grande”, afirmó.
Noticias Caracol compartió esa alegría tras mostrarles a los abuelos las primeras imágenes de los niños a bordo del helicóptero de la Fuerza Aérea. “Se me parte el corazón al ver a mi nieta, de verdad. Doy gracias a Dios y a las personas”, manifestó Fátima Valencia, la abuela.
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Ellos no podían creerlo. Sus nietos estaban a salvo. Entre el júbilo, también hubo lugar para la tristeza y recordar a Magdalena, la hija que falleció tratando de proteger a los cuatro niños, quienes eran su vida.
“La palabra agradecer no me cabe, que me perdonen que lo diga así. Estoy contento, yo como abuelo de los nietos que dejó mi hija que falleció. Agradezco a la empresa que me entregó el cuerpo de mi hija que me fui a guardar en mi territorio”, concluyó el abuelo de los niños.
Damaris Mucutuy, tía de los menores, aseguró que la mayor de los cuatro hermanitos, Lesly Mucutuy, fue clave para que sobrevivieran y resaltó que un juego que solían realizar cuando estaban más pequeños los salvó.
“Cuando jugábamos, armábamos como ranchitos, entonces yo pienso que todo eso, por las fotos que nos enviaban (de los cambuches), pienso que ella era la que hacía eso. Yo sentía desde mi corazón que ella iba a sobrevivir porque ella tiene la capacidad de aprender muchas cosas”, dijo.