En Providencia se salvaron porque vaciaron los tanques y se metieron ahí, dice familiar de afectados

Jayson Taylor está angustiado porque no ha sabido de sus más de 20 familiares que viven en Providencia, destruida el fin de semana por el huracán Iota.Ha recurrido a amigos, a los medios y a las redes para saber algo de ellos.La última vez que hablaron fue el lunes en la madrugada, cuando tuvo comunicación con su hermano.“Él se notaba angustiado. Él es un hombre de carácter y por primera vez lo sentía con angustia y el haberme contactado a esa hora lo ratificaba. Por mi hermana estoy preocupado porque tiene dos niñas pequeñas y su negocio, su hotel y restaurante queda en la playa”, dijo.Según Jayson, a la gran mayoría de la gente en Providencia (vea el antes y el después de la isla) “le tocó refugiarse en los baños y vaciar las cisternas para meterse ahí. Era imposible haber sobrevivido a un huracán de esa magnitud. Solamente la misericordia de Dios pudo salvar una población de casi 5 mil, 6 mil personas”.Buscando en redes información de sus hermanos, tíos, primos y sobrinos encontró que uno de sus familiares se encuentra bien y a salvo.También desde San Andrés otro allegado fue en lancha para llevarles ayuda.“Está llevando comida, primeros auxilios y va a hacer un rastreo de dónde está cada uno de ellos (porque) el tema de comunicación es difícil allá”, detalló.Mientras tanto, en Bogotá busca la forma de ayudar a todos los isleños y pidió que a los empresarios se les dé “acceso a créditos para subvencionar nuestra nómina, para reparar nuestros negocios, para ser más competitivos. Podemos ofrecer de lo mejor, pero necesitamos el apoyo de todos los colombianos y del gobierno nacional para esto”.Sabe que la reconstrucción tomará tiempo, pero tiene sembradas las esperanzas en el empuje de los isleños y en el apoyo de los colombianos para volver a disfrutar del mejor turismo del mundo.

En Providencia se salvaron porque vaciaron los tanques y se metieron ahí, dice familiar de afectados

“Les tocó refugiarse en los baños y vaciar las cisternas. Solamente la misericordia de Dios pudo salvar una población de casi 5 mil, 6 mil personas”, afirma.

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