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Ganado, babillas, peces y chigüiros, entre otras especies, están muriendo por las altas temperaturas en el departamento.
El agua, el aire y el suelo se calientan al punto de evaporar cualquier cuerpo hídrico y el hedor es insoportable en la zona.
Germán Riveros, experto en temas ambientales, explica que el fenómeno se da por la acción de los humanos que “queman, talan, despojan de las rondas protectoras todos estos cuerpos hídricos, les quitan sombrío, les quitan defensa, hacen que el viento pueda entrar más seco y evaporar más rápido el suelo”.
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