Vilma Jay, corresponsal de Noticias Caracol en San Andrés, vive su propio drama tras el embate del huracán: la casa de su familia quedó parcialmente destruida.
Decenas de árboles caídos, viviendas destechadas, vías cerradas y Vilma seguía en su trabajo, recorriendo los distintos barrios de la isla en pleno paso de Iota . Nunca se detuvo.
Pasaron dos días y la periodista siguió informando. Solo hasta el martes pudo ir a su casa para ser testigo de la tragedia.
Registró con su celular cómo quedó la vivienda donde vivió “tantas alegrías”: muchas cosas quedaron destruidas.
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“Eso se recupera, lo importante es que todos están sanos y están salvos”, dijo en ese momento.
Sin embargo, no pudo contener las lágrimas al empezar a asimilar lo que vive su gente.
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“No fue fácil, pero como lo contaba, le doy gracias a Dios porque estamos salvo, estamos aquí de pie para seguir informando a Colombia”, afirmó.
“No han sido días fáciles, no hemos podido dormir, no he podido conciliar el sueño pensando en mi gente, me duele San Andrés, me duele lo que está pasando, no solo con mi familia, con decenas de familias. Me duele no saber nada de mis familiares y de mis amigos en Providencia, ayer me enteré de que estaban vivos y eso me calmó muchísimo”, reveló.
No obstante, aún está preocupada por sus “primos que tienen bebés de brazos y no sé nada de ellos”.
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Su familia en San Andrés, mientras tanto, está a salvo. “Pudieron ir donde una tía que su casa no se vio afectada. Están mis primos, mis tíos”, comentó.
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“He seguido haciéndome la fuerte, ya tendré tiempo de asimilar esto que está pasando en San Andrés”, dijo ya más tranquila.
Sin embargo, sostuvo que en San Andrés, Providencia y Santa Catalina “nunca hemos estado preparados, ha fallado un poco el tema de la prevención” frente a los fenómenos naturales.
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“No sabemos qué viene, cuáles van a ser los planes (…) Tanto el gobierno departamental como el nacional deben asumir con toda la responsabilidad el tema de la prevención”, declaró.
Por eso instó a tomar acciones de mitigación, como la instalación del “alcantarillado fluvial, que tanto necesita San Andrés, y se pueden crear albergues resistentes que cuenten con las ayudas necesarias”.
Y es que afirmó que la gente damnificada ha recibido auxilio de los mismos isleños.
Vilma aseguró que “la horrible noche no ha cesado, vamos viviendo un día a la vez” en San Andrés, ya que la lluvia continúa y hay decenas de casas destechadas, lo que podría incrementar el número de damnificados que, hasta el momento, se cuenta en 700 familias.
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Gracias, Vilma, por seguir informando pese al riesgo y a lo que ha sufrido su familia.
Este es el momento para que Colombia le dé la mano a al archipiélago que empieza a reconstruirse.
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