En la terminal de transporte del norte de Medellín fueron incautados 10 kilos de carne de animales de fauna silvestre que iban en el equipaje de un viajero listos para ser vendidos.
“Especies como chigüiro, guagua y armadillo, procedente de la subregión del bajo cauca antioqueño, específicamente del municipio El Bagre”, dijo Diana María Montoya, subdirectora ambiental del Valle de Aburrá.
Según las autoridades, Semana Santa es una de las épocas del año donde más se evidencia el incremento de tráfico de fauna silvestre.
La persona que cargaba este equipaje fue capturada y deberá responder por el delito de tráfico ilegal de fauna silvestre.
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“La persona individualizada o identificada será objeto de sancionatorio ambiental, cuyas multas van desde 5 mil salarios mínimos mensuales vigentes o incluso puede acarrear la encarcelación de dos a 8 años”, añadió Montoya.
Según los expertos, el daño a la fauna es tan grande con esta práctica ilegal que por cada animal que es sacado de su hábitat mueren 10 individuos de la misma especie en todo el proceso de extracción.
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“La zona del norte y del bajo Cauca son las que presentan mayores dificultades en este sentido, y más en los límites en el departamento del Córdoba”, afirmó Ana Ligia Mora, directora de Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia).
El tráfico de fauna silvestre incrementa el fenómeno de los bosques vacíos, donde se comienzan a perder las dinámicas de cada especie en el ecosistema. Este año en el Valle de Aburra se han incautado 388 de estas especies.