La denuncia de una madre preocupada por el paradero de su hija dio inicio a una investigación que terminó con el hallazgo de un bar de disidencias de las FARC
en el cual explotaban sexualmente a menores de edad. Al sitio logró infiltrarse un agente que se hizo pasar por ‘raspachín’, nombre que se les da a quienes recogen la hoja de coca.
“Se identifican adolescentes que fueron tratadas mediante falsas promesas laborales y eran sometidas a la explotación sexual”, indicó el efectivo de la Sijín sobre el bar de las disidencias de las FARC localizado en el corregimiento de Llorente, municipio de Tumaco (Nariño).
En medio de su investigación, el agente descubrió que las víctimas fueron amenazadas por estos grupos. Iban al lugar a buscar servicios gratis y "las amedrentaban con quitarles la vida”, comentó el infiltrado.
Algunas de las víctimas habían sido reclutadas desde regiones como Maicao, en La Guajira, y llevadas hasta Nariño.
El bar de disidencias de las FARC era conocido como La Bebé, “allí ingresaban a las niñas, además las invitaban con supuestas ofertas laborales y las instrumentalizaban. Las tenían casi que retenidas en contra de su voluntad”, relató el coronel Juan Cubides, director de Protección de la Policía.
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Gracias a la información recolectada por el grupo especial de la Sijín Dipro se lanzó un operativo junto con el Ejército y la Policía para llegar a esa zona, una de las más peligrosas y de mayor dominio por parte de grupos disidentes.
En la zona donde funcionaba el bar de disidencias de las FARC delinque el frente Iván Ríos. “Acá logramos salvar a seis víctimas, de las cuales cuatro son menores de edad”, añadió el coronel Cubides.
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El próximo golpe a este tipo de delitos sería en las zonas de frontera, a donde llegarán los grupos especiales y donde se cree que hay más niñas reclutadas por las disidencias de las FARC.
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