El panorama de deforestación en Colombia es realmente preocupante. Según la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, en los tres primeros meses de 2020 fueron arrasadas más de 75 mil hectáreas de bosque en el territorio nacional, equivalentes a 105 mil canchas de fútbol o la suma de la laguna de Tota y la ciudad de Pereira.
Caquetá, Meta y Guaviare son los departamentos donde más deforestación se presenta.
“Esto nos indica que la tendencia del primer trimestre del año, que es el más complejo en términos de deforestación, puede estar perfectamente sobre el 85-86% por encima del mismo primer trimestre del año 2019, es por eso que las alarmas están prendidas”, señala Rodrigo Botero, director de la fundación.
El gobierno, sin embargo, sostiene que en los últimos años se ha reducido la deforestación.
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Y este problema viene acompañado de los incendios forestales, fenómenos que se generan principalmente por la agricultura, la ganadería, la minería ilegal entre otras prácticas.
“En Colombia, en lo que va corrido del año, hemos tenido 67 incendios forestales en departamentos como Guaviare, Caquetá, Putumayo y Amazonas; daños a la flora y la fauna y al ambiente”, explica el capitán Charles Benavides, director nacional de Bomberos.
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Ambientalistas y expertos aseguran que el gobierno colombiano está a tiempo de tomar las medidas necesarias para evitar que estos fenómenos sigan aumentando.
“Son tres labores principales: educación la más importante, educar a la gente por qué es dañino quemar sin control. Segundo punto, fiscalización, fuertes multas a los infractores y tercer punto, prevención, ponerse de acuerdo con las asociaciones de ganaderos, con las asociaciones de productores, para tomar medidas”, dice Rafael Hoogesteijn, gerente general organización Panthera-Brasil.