Las empresas ensayarán una unidad articulada de 18 metros, que será sometida a pruebas exhaustivas de potencia, fuerza y seguridad, que determinen su viabilidad para que este tipo de buses hagan parte de las flotas que prestan servicios en las diferentes troncales de Transmilenio.
Si Bogotá concreta esta iniciativa entraría en la red mundial de megaciudades como Londres, Los Ángeles, Shenzhen y Hong Kong, que ya implementa con un éxito rotundo estas nuevas tecnologías que promueven la solución verde en el sistema del trasporte público.
Los buses eléctricos contribuyen de manera positiva en la reducción de emisiones de gases contaminantes y de ruido, en la reducción de costos de mantenimiento y la eliminación del consumo de combustibles fósiles durante la vida útil de las unidades.
Entre otras características, se busca impactar en la reducción de emisión de gases con efecto invernadero, mejoramiento de las condiciones ambientales de transporte para las personas y disminución de enfermedades asociadas a la contaminación por partículas.
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