Ocho personas, entre ellos dos policías activos, estarían involucrados en el asesinato de un interno en el centro temporal de protección de la Policía en Soacha
detenido por presunto abuso sexual, delitos que al parecer cometió contra su propia hija.
Según la investigación, adelantada por un agente encubierto, el intendente ordenó golpear al hombre. Un patrullero, quien también fue capturado, habría omitido sus funciones de custodio permitiendo que los detenidos torturaran al presunto abusador.
“El intendente de la Policía Nacional Duván Orlando Castiblanco, comandante de ese centro, dio la orden al jefe o pluma de la celda número uno, John Fredy Romero Monje, y este a su vez da la orden a sus secuaces, conocidos como los de la casa”, desveló el fiscal del caso durante la audiencia de imputación de cargos.
Videos de cámaras de seguridad mostraron cómo el preso era golpeado por otros detenidos. Según el delegado del ente acusador, “esto sucede cuando el interno o el ciudadano John Eduardo Bautista Quintero ingresa a la celda número uno de esas instalaciones de la Policía Nacional. Una vez entra es abordado por varios internos, los cuales lo comienzan a golpear de manera salvaje con palos, puños y patadas”, precisó el fiscal del caso.
El delegado de la Fiscalía General de la Nación señaló durante la audiencia que el detenido recibió descargas eléctricas, mientras los presos en Soacha “le gritaban que eso lo estaban haciendo por ser un violador; además, mientras realizaban esta conducta de golpearlo salvajemente le introdujeron un palo por el ano. Todo esto para castigarlo por cuanto esta persona había, presuntamente, accedido carnalmente a su menor hija”.
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Carlos Manuel Silva, director de Fiscalías de Cundinamarca, detalló que el comandante del centro de retención fue quien dio “la orden para que golpeen brutalmente a esa persona y finalmente, producto de estas golpizas, este sujeto pierde la vida. Esta persona había sido trasladada a ese centro de retención por ser señalado de haber abusado sexualmente contra su propia hija”.
En medio de la investigación por este asesinato en Soacha, las autoridades descubrieron “una red de corrupción que operaba al interior de ese centro de atención policial, pues fue así como se encontró que había un comercio de estupefacientes y hallaron cuatro mil sustancias para ser distribuidas, pero además se encontraron 51 teléfonos celulares. También se observó el ingreso de mujeres para satisfacciones sexuales y lo más importante, se extorsionaba al interior de ese centro de detención policial y se secuestraba a los mismos internos que se encontraban en ese centro”, agregó el funcionario.
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La Fiscalía seccional de Cundinamarca les imputó los delitos de homicidio, tortura y acceso carnal violento -todos agravados- a los ocho detenidos, cargos que no aceptaron. Los sindicados enfrentarían una pena superior a los 40 años de cárcel.
Los dos policías y seis detenidos en el centro temporal de protección de Soacha fueron cobijados con medidas de aseguramiento.