El pasado 7 de octubre de 2024, Luis Jhon Castro Ramírez, alias El zarco, recibió la condena por haber engañado a 17 civiles que fueron ejecutados como falsos positivos en Colombia. El pasado viernes 21 de marzo se leería en audiencia pública el monto de la pena asignada al reclutador de inocentes, pero, para sorpresa de las familias de las víctimas, esta fue pospuesta por segunda vez. Este ha sido un viacrucis judicial que completa 18 años. Noticias Caracol acompañó a las familias de las víctimas en el Calle del Cauca.
Son madres, hermanas, esposas e hijos de las 17 víctimas de los falsos positivos en los cuales Luis Jhon, alias El zarco, actuó como reclutador. Fueron crímenes cometidos en medio de masacres en el Valle del Cauca y Tolima, entre los años 2007 y 2008. Estas familias han dado la lucha por hacer visible al país su drama. Buscan hacer justicia y encontrar la verdad sobre los culpables que terminaron asesinando a sus inocentes, bajo engaño.
Las víctimas de Villa Carmelo, Valle del Cauca
El 6 de noviembre de 2007, en Villa de Carmelo, un corregimiento en Cali, hubo tres víctimas de 'El Zarco': Gustavo González Daza, Víctor Hugo Mosquera Bossa y Jhon Eider Corrales Chala. María Yolanda Mosquera, mamá de Víctor Hugo Mosquera, contó que su hijo menor tenía 26 años cuando perdió su rastro. Trabajaba en construcción y por esos días se había quedado sin trabajo.
“Era muy de su casa, le gustaba jugar futbol, era muy chistoso, le gustaba la recocha (...) la última vez que lo vi el estaba comiendo en la sala de la casa de la olla del 'pegao del arroz' (...) Me decía: 'Yolanda, espere y verá que esta casa se la voy a poner muy bonita'. Yo le dije: 'Sí, bonita y de dónde vas a sacar plata', y me dijo: 'Espérese y verá. Cuando iba salir a trabajar, abrí la cortina de él y no estaba'", contó.
Fueron días y noches de angustia de una madre que se quedó esperando eternamente. María Yolanda terminó enterándose de lo que pasó con su hijo al encender la radio.
“Escuché que tres presuntos guerrilleros dados de baja por el Ejército, por el Batallón de Alta Montaña Rodrigo Lloreda número 3, que había dos con documento y uno no tenía documentos. ¿Quién era el que no tenía documentos? Mi hijo Víctor Hugo Mosquera (…) siempre cargaba, pero ese día no llevó", rememoró.
Mamá Yolanda dice que el dolor lo transformó en rabia. Se negó a ir a la morgue, tampoco pidió la necropsia, y aunque tiene el voluminoso expediente, sin leer, todo lo sabe de oídas.
“Que como que él no se quiso vestir, o sea poner el uniforme de camuflado que tenía que colocarse y a él lo asesinaron antes de asesinar a los otros dos muchachos (…) no estaba como los otros muchachos embarrados, el mío no estaba embarrado, apenas tenía barrito en las zapatillas", afirmó.
Entre las 3 víctimas, el reclutador eligió a Jhon Eider, su amigo del barrio. Su hermana Magledy Corrales Chalá recuerda las dos visitas que hizo 'El zarco' a su casa, días antes de llevárselo.
“Me dijo: 'Mucho gusto, yo me llamo John', le dije que de dónde conocía a mi hermano, y me dijo que en la empresa donde trabajaba mi papá hacia seis años. (…) Le dije: 'Mi hermano no está, está en la cancha jugando futbol, si quiere llegue hasta allá' ", comentó.
Magledy tuvo tiempo para identificarlo y no olvidar su rostro. Un recuerdo que serviría para tener el retrato hablado del zarco y capturarlo.
“'El zarco' lo fue a buscar a la casa, mi mama estaba haciendo algo en la cocina, le abre la puerta y le dice: 'Buenas, se encuentra Jhon. Mi mama le dice que estaba durmiendo y que si por favor me lo puede llamar que vamos a hacer una vuelta ".
Bañado, arreglado y desayunado lo vio salir su mamá de la casa para nunca más volver. “Nos entregaron un uniforme de Policía de carabineros y tenía tres huecos en la espalda. Le quedaba hasta pequeño porque él era muy alto, entonces le quedaba casi a mitad de pierna”, contó su hermana.
Los 6 casos de Potreritos, Ibagué, en Tolima
El 28 de febrero de 2008, las víctimas de 'El zarco' en Potreritos, Tolima, fueron: Didier Cuervo, José Yoiner Enríquez Hoyos, Nelson Vergara, José Never Ramos Henao, Gerardo Antonio Moreno González y Juan Carlos Quimbayo Mazuera.
“El zarco vivía por acá arribita y desde que estábamos pequeños siempre hemos vivido acá (…) mi hermano lo conocía por los otros compañeros con que salía a jugar”, contó Yamireth Hernández, hermana de Nelson Vergara.
Entre el manojo de fotos sueltas, busca enseñar cada encuentro familiar, cada paseo con Nelson, como si de tanto repasarlas pudiera traerlo con vida: "Era el que veía por mi mamá (…) Se la pasaba con nosotros jugando, estaba pendiente de las cosas de nosotros”.
Tiene clavada en su mente la escena cuando se despidió de ella: "Él llegó, estaba yo acostada, me sobó la cabeza y me dijo: 'Hermanita, ya nunca más le va a volver a doler la cabecita, y me dio un beso y se fue, pero no me dijo para donde iba, ni con quien, salió así”.
Nelson, en el momento del ataque, al parecer fue el único que intentó defenderse: "Que lo habían hecho arrodillar y le habían hecho el tiro así, muy cerca (…) que mi hermanito decía que por favor no lo mataran (...) que el señor les había dicho que era porque fueran a trabajar en esa finca ".
Otra de las víctimas fue el comerciante Juan Carlos Quimbayo. Jackeline, su esposa, no sospechó del viaje. “Él me dijo: 'Me voy de viaje', porque esos días andábamos como enojados, entonces yo le dije: 'Chao, que te vaya bien'. Él cogió el carro y chao me voy, así fue mi despedida con él”.
Lo que se sabe en la reconstrucción de la masacre es que a la finca los mangos, en Ibagué, fueron llevadas 9 personas y, en medio del ataque del Ejército, tres lograron escapar. Uno de ellos es el testigo clave del caso.
"Dos de ellos estaban en el carro y Atalivar, que logró escapársele a las balas, dice que, conforme iban entrando, el Ejército comenzó a dispararles, no les dio tiempo, ni tregua de nada. Él (El Zarco) entró con ellos, entró con una camisa naranja, y el mismo cuenta que a él lo escondieron en un baño (…) que él desde el baño escuchaba los gritos de los muchachos", contó Jackeline.
El método del reclutador de inocentes estaba demostrando ser efectivo, pues primero se ganaba su confianza. "Dice que mi hermano era un amigo, y uno no vende a los amigos, él vendió a un amigo por $2 millones 600 que le pagaron por estas tres víctimas", afirmó Magledy Corrales.
MARCELA PULIDO
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