La más reciente Conferencia global sobre la eliminación del trabajo infantil evidenció el impacto que tuvo la pandemia del COVID-19 en esta problemática. A menores desde los 5 años se les convirtió en una realidad tener que trabajar y desafortunadamente esto ha sido impulsado como consecuencia de los confinamientos. Solo en América Latina el trabajo infantil afecta a más de 8 millones de menores.
El trabajo infantil en Colombia
En Colombia, según los datos del último módulo de trabajo infantil del DANE, el incremento fue del 15% para los jóvenes que se encontraban cursando último grado de bachillerato con respecto al año 2019. Cifras que, según el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, indican que la pandemia obstaculizó los esfuerzos para poder mitigar esta realidad; los niños, niñas y adolescentes dedicaron más tiempo a trabajar en casa o a buscar trabajo, y menos a estudiar.
“El cierre de las escuelas motivó que más niños salieron a buscar actividades laborales, pero incluso para las mujeres, sobre todo para las niñas, aumentó mucho el trabajo no remunerado, el trabajo que se realiza ayudando en la casa: preparar alimentos, hacer aseo, cuidar a sus hermanos”, aseguró Luz Karime Abadía, codirectora del laboratorio.
La preocupación aumenta teniendo en cuenta que los menores que trabajan con o sin remuneración alcanza la cifra de 160 millones en todo el mundo. En el caso de Colombia más de 500.000 niños han dejado en pausa su infancia por enfrentar las necesidades. Para Iván Jaramillo, investigador del Observatorio laboral de la Universidad del Rosario, una de las principales causas fue la pausa en la educación presencial, en medio de las estrictas medidas de bioseguridad. “Por el confinamiento se llevó a estrategias digitales para la continuidad de los procesos de formación. Países como Colombia y otros en América Latina y el Caribe desafortunadamente mantienen sus brechas digitales y el acceso a los sitios escolares. Muchos menores migraron a espacios laborales, cuyo retorno al ciclo escolar es muy complejo”.
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A esto se le suma que la migración irregular obliga a que muchos menores extranjeros también se vean enfrentados a esta situación; en este caso el trabajo informal prevalece. “Esto es trabajo incluso informal como estar en las calles vendiendo o incluso limpiando vidrios, pidiendo dinero. Eso es un trabajo remunerado, pero realmente informal”, dice Luz Karime Abadía sobre la situación de muchos niños en las grandes ciudades.
Iván Jaramillo coincide con que la inestabilidad laboral para esta población incrementa los índices. “Desafortunadamente dadas las carencias de las rutas de empleo habilidad para este flujo migratorio que está recibiendo Colombia, especialmente, se han verificado espacios de trabajo infantil enmarcados en las peores formas de trabajo infantil que queremos eliminar”.
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Un gran desafío teniendo en cuenta las condiciones en las que se encuentran los menores después de varios ciclos de estudio virtual. Aquí la deserción escolar juega un papel importante, pues muchos estudiantes han tomado la decisión de retirarse de su camino académico, para dedicarse de lleno a trabajos remunerados.
Dentro de las conclusiones de la Organización Internacional del Trabajo, la apuesta de los Gobiernos deberá estar enfocada a mejorar las condiciones laborales para quienes tengan edad mínima de trabajar, erradicar la labor forzosa en sectores productivos como la agricultura y hacer realidad el derecho a la educación de forma gratuita y equitativa.