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El paro nacional cambió la cara de Cali y el sentir de muchos de sus habitantes

Hoy tiene casi un millón de personas viviendo en la pobreza y un desafío para demostrar su capacidad de resiliencia.

Noticias Caracol hizo un recorrido por las calles de Cali y recogió los testimonios de una ciudad en crisis, pero que se resiste a dejarse vencer por la tristeza y la desesperanza.

47 días de paro le han cambiado la cara a la Sultana del Valle.

Muchas de sus calles están sin semáforos ni señales de tránsito y varias intersecciones viales se convirtieron en puntos de resistencia que bloquean la movilidad.

De la estatua del conquistador Sebastián de Belalcázar solo quedó el pedestal. El arte se transformó en Cali, hasta las paredes alzan su voz.

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La popular calle Quinta ha sido escenario de coloridas manifestaciones de protesta pacífica, pero también del horror y el vandalismo que dejan establecimientos saqueados, estaciones del sistema de transporte masivo en ruinas, y cada vez más locales vacíos.

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La calle Quinta se transformó en otra cosa, más vacía, menos posibilidad de trabajo porque muchos negocios tuvieron que cerrar, en caso de la pandemia y ahora por el paro, tuvieron que cerrarse muchos negocios, la calle Quinta quedó ya muy desolada, muchos negocios cerrados, muchos negocios dañados”, dice Luz María Rosero, vendedora informal.

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Y es que en medio del temor y la incertidumbre, los caleños que han sido testigos de la destrucción de la ciudad en un mes y medio hoy tienen un mismo sentimiento.

“Tristeza, qué más va a sentir uno. Una ciudad como la han vandalizado, porque eso ya no es protesta social sino delincuencia social, es lo que hay hoy en día”, señala José Arango, habitante de Cali.

Mientras que Harold Campo asegura: “Da tristeza ver la ciudad cómo está de horrible, de destrozada, de vandalizada y de sucia, porque la ciudad se ve muy abandonada. Terrible, la ciudad está totalmente destrozada por los actos vandálicos. Yo personalmente apoyo el paro, pero no el vandalismo, no el saqueo, en total desacuerdo con eso, no a los bloqueos porque están violando nuestros derechos fundamentales como ciudadanos que somos”.

Pese al anuncio del aumento del pie de fuerza en la capital del Valle, para algunos ciudadanos la percepción de inseguridad ha aumentado en las calles.

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“La sensación que tengo es de abandono de todas las instituciones que tienen que ver con la ciudad, porque no se siente la presencia de la Policía ni de los guardas de tránsito ni de ninguna entidad, básicamente siento abandono y tristeza porque el paro pasó de ser algo que a todos nos unía para volverse vandalismo y precisamente logró fue la desunión de las personas y no hay ningún avance”, manifiesta Yamiteh Garnica, otra caleña.

Con casi un millón de personas viviendo en la pobreza, con una tasa de desempleo de 18,7 %, donde el 41% de las empresas han tenido que cerrar, Cali espera encontrar en su gente no solo la resistencia, que la ha caracterizado por estos días, sino también la resiliencia para volver a levantarse como la Sucursal del cielo.

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