Con profundo dolor, Johana Benavides relata cómo la violencia le truncó los sueños a su hermano Campo Elías Benavides el 15 de agosto, cuando hombres armados cegaron la vida del nariñense de 19 años, que quería ser futbolista profesional, y de otros siete jóvenes que departían en una reunión.
"Él era un hombre reconocido en mi tierra como un buen futbolista, tenía sus sueños, era un muchacho que en Samaniego lo conocen. Era un muchacho sano, él no se metía con nadie. Era un niño cariñoso, responsable en todo lo quería ser, que era un futbolista profesional; no tuvo el apoyo para salir adelante”, lamenta Johana.
Mientras Elías caminaba rumbo a su mayor anhelo, jugar en partidos de fútbol colombiano e internacional, y dictaba clases en una escuela para impulsar a los más pequeños hacia este deporte.
“Él en ningún momento es un narcotraficante, yo solo estoy a favor de mi hermano. Los demás eran amiguitos de él, no entiendo por qué tiene que pasar esto en mi tierra", agrega Johana y pide resultados sobre los responsables del crimen.
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