Con especial cariño recuerdan a Roberto Gómez Bolaños en Guatavita, población cundinamarquesa donde arribó en 1982 durante un breve descanso. Cientos de niños, que derivaban su sustento de las artesanías de madera le ofrendaron recuerdos y cuando intentó compensarlos con dinero los menores lo rechazaron.
Y es que era tal la devoción que inspiraba, que los humiles menores obraron con total desprendimiento. Incluso, uno de los niños, extasiado e impactado con la presencia de su personaje favorito, en vez de recibir le ofreció algunas monedas y le dijo “toma para que te compres tu torta de jamón”, en alusión al antojo más conocido del Chavo. Gómez Bolaños.
Para no dañar la fantasía, Chespirito cuenta que le recibió el dinero. Esta fue siempre una de las anécdotas más recordadas por el escritor y actor mexicano.
Y es que Roberto Gómez Bolaños logró en Colombia, en 1982, el récord de concurrencia más grande en la historia del país. Para la Caminata de la Solidaridad de ese año sacó a las calles a más de 4 millones de colombianos, que se agolparon en la carrera séptima para verlo junto a doña Florinda, la Bruja del 71, el profesor Jirafales y Jaimito el cartero, entre otros personajes de la vecindad.
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Nunca nadie había obtenido semejante respaldo, ni siquiera el presidente Belisario Betancur, que fue elegido meses antes con 3.200.000 mil votos.
A la principal avenida de Bogotá literalmente no le cabía ni un tinto. La gritería, el bullicio y el fervor desataron una suerte de histeria masiva cuyo principal artífice era ese pequeño hombre con su ingenio y pluma logró convertirse en un integrante más de las familias colombianas y latinoamericanas.
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La popularidad del escritor, frustrado boxeador e ingeniero no tenía par. Por donde hizo giras la respuesta de sus admiradores fue abrumadora.
Respecto a supuestas visitas secretas a Colombia para dar presentaciones a narcotraficantes, Gómez Bolaños siempre fue enfático en negarlo. La campaña de descrédito llegó al punto de que inescrupulosos hicieron un fotomontaje suyo con Pablo Escobar, imagen a la que se le añadió a un avión la inscripción de FAC (Fuerza Aérea Colombiana).
Las últimas visitas de Chespirito a Colombia fueron en 2007 y 2009. La primera para promocionar su libro autobiográfico “Fue sin querer queriendo”. La más reciente, en el marco de una gira en la que presentó su obra teatral "11 y 12", que acumuló más de 28 mil funciones a lo largo de su vida.
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