El ‘Negro Ober’ ya está en su nuevo sitio de reclusión, la cárcel Doña Juana, en La Dorada, Caldas. En medio de su traslado llegó gritando improperios contra el director de la penitenciaria y envalentonado por el sistema de esposas que le ajustaron en medio del operativo.
Las primeras imágenes del cabecilla de la banda Los Rastrojos Costeños en el sitio en el que pagará por sus fechorías lo muestran encadenado de las extremidades. “Primera vez que me esposan de manos y pies en mis tres carcelazos, maldita sea”, manifestaba en medio de otros improperios.
También quedó registrado que, pese al operativo y a estar rodeado de varios dragoneantes, el ‘Negro Ober’ mentó groserías contra el director de la cárcel Doña Juana.
Ober Ricardo Martínez Gutiérrez llegó trasladado desde la cárcel de Palogordo, en Girón, Santander. Aunque lleva alrededor de once años tras las rejas, sigue ordenando fechorías desde sus sitios de reclusión y ha sembrado el miedo entre comerciantes.
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No obstante, el accionar que llevó al traslado del ‘Negro Ober’ fue la situación desencadenada por una serie de amenazas que lanzó luego de la captura de su esposa, Vanessa Martínez Cantillo, alias ‘Johana’ o ‘Vanesa’.
¿Quién es alias ‘Johana’?
El director de la Policía, general Henry Sanabria, dijo que Vanessa Martínez Cantillo, alias ‘Johana’ o ‘Vanesa’, tenía bajo su andamiaje delictivo la función de "coordinar el tema extorsivo" al que sometían a comerciantes, empresarios y transportadores en la zona urbana de Barranquilla.
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La mujer, según la Policía, tiene una amplia trayectoria criminal y actualmente está vinculada a dos procesos judiciales por los delitos de extorsión agravada y concierto para delinquir.
El proceder del ‘Negro Ober’ evidenció cómo presos de alta peligrosidad pueden acceder a lujos, celulares e, incluso, publicar en redes sociales amenazas contra funcionarios.
“No es posible que pase esto”, dijo Óscar Robayo, representante del sindicato del Inpec, y cuestionó que el director de la cárcel de Girón “no se haya dado cuenta”.
Noticias Caracol conoció, por informes de inteligencia, que dentro de los centros penitenciarios de Colombia los delincuentes pagan desde 1 millón hasta 12 millones de pesos por el ingreso de un teléfono.
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El ‘Negro Ober’ ha sido cambiado de todas las cárceles donde ha estado por las intimidaciones que ha proferido, pero también por el dinero que ha pagado para comprar a guardianes del Inpec e ingresar elementos prohibidos como celulares y otros lujos.
Dentro del más reciente escándalo del líder de Los Rastrojos costeños, las autoridades investigan a diez guardianes que hacían parte de su custodia.
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De hecho, declararon insubsistente al director de la cárcel Palogordo.