Como un ser humano sensible y un destacado profesional es recordado el doctor Roberto Claro, quien falleció por el coronavirus COVID-19. Según sus familiares, pese a que fue trasladado a Bucaramanga a recibir atención especializada, nada se pudo hacer.
El doctor Claro es recordado por su carisma, alegría, por su entrega y sensibilidad, que ayudaba en la formación de otros profesionales de la salud.
Como “el mejor médico del mundo, el mejor amigo, el mejor hermano, una de las personas más queridas en el hospital Erasmo Meoz”, lo recuerda la jefe de urgencias de la clínica, Yenny Peña.
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Recientemente en ese hospital había fallecido la enfermera jefe Sandra Meza. Actualmente hay más personal administrativo y médico que se encuentra en aislamiento.
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La situación para los trabajadores de la salud es complicada, al punto de que algunos han decidido renunciar por falta de garantías en su labor.