William Castrillón vive en Medellín, Antioquia, tiene 52 años y desde hace 19 se ha dedicado a brindar sus plaquetas para personas enfermas de cáncer, con lo que podría ser el mayor donante vivo de Colombia. No se siente un héroe, pero está satisfecho por poder ayudar a gente que lo necesita, lo que lo ha hecho merecedor de diferentes reconocimientos de la Cruz Roja.
A la fecha, ha donado plaquetas 135 veces y ahora va por la número 136.
Ha pasado muchos de sus años en el hospital, pero no porque se encuentre enfermo, sino buscando salvar a quienes necesitan recibir plaquetas nuevas.
“Lo importante es ayudar, uno no sabe a quién, hoy por ti mañana por mí. La vida es un pañuelo y uno no sabe el día de mañana qué pueda necesitar”, afirma este donante.
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Juan Ignacio Torres, médico general, explica la importancia de la donación que hace William.
“En los pacientes con cáncer se pueden desarrollar recuentos bajos de plaquetas, o también denominado trombocitopenia, eso se da por muchos mecanismos, uno de ellos es cuando hay un daño en la médula ósea del organismo, cuando tenemos exposición a diferentes tipos de quimioterapia o cuando el paciente cursa con algún tipo de linfoma o leucemia”, precisa.
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Más de una persona lleva hoy en su cuerpo las plaquetas de William, un donante que ha estado en 135 procedimientos en 19 años. Afirma que seguirá hasta los 62, edad hasta la que es permitido hacerlo.
Pero donar requiere de “unos requisitos previamente, que yo generalmente los cumplo: la alimentación es muy importante, hay que consumir proteína animal, carnes magras, frutas, verduras, es decir, una alimentación variada; hay que hacer ejercicio”.
Cada mes y medio, este donante se prepara para ayudar a otros.
Su esposa, Marisol Castro, asegura que “él va siempre con alegría, no le importa el tiempo que se tenga que quedar allá, él siempre es pensando en el bien de los demás sin saber a quién le estamos ayudando o quién le está ayudando a él, entonces nos parece una bonita labor”.
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Este donante no empezó con plaquetas. Antes de eso, por 13 años, brindó su sangre.
Ahora quiere participar de algo llamado células hematopoyéticas.
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“Ya hay una normatividad, inclusive yo estoy en ese programa. Es una muestra de ADN que le hacen a uno y si el día de mañana hay alguna compatibilidad a mí me llaman para hacer una donación”, explica William, quien agrega: “Si hay alguien que la necesita estoy dispuesto”.
No se considera un héroe, pero este donante colombiano afirma que no se detendrá mientras alguien pueda necesitar una mano para ganarle la batalla a la muerte.