Andrés Sepúlveda no se quitó el chaleco antibalas durante toda la entrevista. Quince agentes del CTI estuvieron acompañándonos todo el tiempo y las seis cámaras de seguridad vigilaban el sitio.
La llegada no fue nada fácil: una hora entre registros, huellas y preguntas para poder ingresar. Así de protegido está Andrés Sepúlveda, más conocido como el hacker, el espía cibernético que habría interceptado las comunicaciones del equipo negociador del Gobierno en el proceso de paz en La Habana (Cuba), y que protagoniza el escándalo judicial más sonado de los últimos años. Y no es para menos. Después de todo el show mediático que generó, el hacker habló con tranquilidad y sin tapujos.
Sepúlveda accedió a la petición del programa Los Informantes y con una mirada fría si se quiere, casi sin pestañear, sin quitar los ojos de su entrevistador, contestó todas y cada una de las preguntas con respuestas sobrias y discurso elocuente. Andrés, un bumangués que lleva tatuado en su nuca un código informático capaz de escanearse con un celular, llegó a ser uno de los colombianos con más información sobre el proceso de paz en La Habana.
Se fumó cerca de 20 cigarrillos durante dos horas, contó detalles de su vida personal y de su caso. Habló de cómo infiltró a las FARC, del caso Andrómeda y cómo escuchaba llorar a su madre cuando era pequeño porque no tenían con qué comer.
Reeviva la entrevista:
Updated: diciembre 17, 2015 02:43 p. m.