En Piojó, Atlántico , ascendió a 156 el número de familias damnificadas por el deslizamiento del terreno en el que estaban construidas sus viviendas. Una de las zonas más afectadas fue la del cementerio.
Fue un fin de semana en el que, lamentablemente, la zozobra y la angustia se apoderó de estas familia damnificadas en el barrio Camino Grande y en el barrio Cementerio en el municipio de Piojó. Algunos de ellos ya han sido reubicados con arriendos temporales por parte de la Gobernación del Atlántico. Sin embargo, regresan hasta sus viviendas para tratar de recuperar los pocos enseres que aún quedan entre los escombros.
Don Rafael fue uno de los primeros habitantes del barrio Cementerio en percatarse de las grietas que comenzaron a abrirse en la tierra. Sorprendido, cuenta que nunca pensó que la noche del pasado sábado sería la última que dormiría en su casa.
"Cuando esto comenzó a abrirse explotó el tubo del gas, y nos dimos cuenta por el olor. Vinimos aquí y yo comencé a avisarles a los vecinos, ‘ojo, que esto se va a prender’. Ya eran como las 9 de la noche, ya estaban acostados y yo formé la algarabía y comenzaron; dejamos todo", narró.
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El cementerio municipal permanece cerrado por esta tragedia, mientras que las autoridades le han pedido a la comunidad utilizar tapabocas ante la alerta sanitaria por el colapso del camposanto.
Rosanelda Imitola habló del drama que vive por la emergencia. En el cementerio "tengo a mi mamá, tengo a mi papá. Mi mamá tiene 16 meses de muerta, mi papá tiene 10; tengo un hermano que tiene 7, tengo dos hijos pequeños y un primo hermano que está recién muerto", le contó a Noticias Caracol.
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En centros de acopio habilitados por la Gobernación del Atlántico se recolectan las ayudas humanitarias como alimentos no perecederos, colchonetas y ropa para apoyar a los afectados.