El estado del Amazonas, el Putumayo y el Caquetá, los grandes ríos del país, es preocupante. El bajo nivel de los caudales y los intensos veranos tiene en jaque a las comunidades aledañas, quienes, frente a sus ojos, ven las como las sequías conviertes estas fuentes hídricas en inmensas playas.
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El rastro de la sequía en el Amazonas
En el Amazonas la sequía es completamente evidente, afectando a más de 3000 personas de este departamento. El gobernador Óscar Sánchez describe esta como una de las peores crisis climáticas que ha enfrentado el departamento, reduciendo el río a "su mínima expresión".
"Tenemos gente que necesita el consumo de agua y no la hay", comentó el mandatario departamental.
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La falta de comida también se hace presente, especialmente, por la escasez de pescado, una de las proteínas base de su alimentación. Pero además, la falta de agua está afectando las cosechas.
La situación es tan crítica que las autoridades reportan numerosos casos de intoxicación por la ingesta de agua sacada de pozos e incluso animales marinos como delfines están falleciendo.
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Hace unos días, la gobernación recibió 3 motobombas por parte de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, sin embargo, afirman que esto no es suficiente por su lado.
Carlos Carrillo, director de la UNGRD, dijo para iniciar un plan de contingencia más amplio y con recursos concretos es necesario que la gobernación desarrolle un informe con análisis de daños y necesidades.
Río Putumayo está innabegable
El río Putumayo también es otra de las corrientes que también padece las consecuencias del verano, ya que la sequía que vive la región ha hecho que sea un corredor prácticamente innavegable para embarcaciones de mediano calado.
Esto es muy grave, puesto que desde ese se carga toda clase de mercancías, víveres, alimentos materiales de construcción y productos de primera necesidad que se consumen en Leticia. Los transportadores afirmaron que hace dos semanas no entra ni sale ninguna embarcación.
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"Hay desabastecimiento entre Leguízamo y Puerto Leticia. Necesitamos mirar cómo el gobierno nos va a apoyar en esta situación", comentó el transportador Álvaro Betancurt.
Los tiempos de transporte de estos elementos se han duplicado, pues lo que antes se demoraba máximo 30 días en llegar, hoy puede tomar unos 60. La solución puede ser aérea, pero hoy llevar una tonelada de carga hasta Leticia puede costar entre 8 y 10 millones de pesos.
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Río Caquetá disminuyó 50% su caudal
La ausencia de lluvias también ha golpeado al río Caquetá, uno de los más extensos del sur del país. Uno de los municipios más afectados es Currillo, donde ya hay restricciones en la movilidad fluvial.
"Nos preocupa bastante porque el río Caquetá es la fuente de ingreso de toda la agricultura que se cultiva en las orillas", señaló Javier Villanueva, alcalde del municipio, quien añadió que esta situación ha generado graves afectaciones de la economía local.
Las autoridades aseguran que municipios como Solano, Solita y Milán también se mantienen en alerta. Entretanto, piden a las comunidades no realizar quemas ilegales que puedan generar más afectaciones en el territorio.
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