Incautaciones, documentos y restauraciones dan cuenta sobre hechos terribles del conflicto armado como masacres o reclutamiento de menores.
El computador de alias ‘Jorge Briceño’ o ‘Mono Jojoy’ es uno de los elementos del museo. Fue hallado en el campamento donde lo abatieron en La Macarena, Meta, el 22 de septiembre del 2010. Refleja, además, el fragor del combate.
Este dispositivo dejó al descubierto finanzas de las FARC y el sistema que usaban para evitar, según se estableció, la corrupción al interior de su organización: crearon una figura a la que llamaron ‘Contabilín’, el contador cómplice en cada frente guerrillero.
"Tiene presupuesto, ingreso, egreso, balance y resúmenes de las caletas”, explica Víctor Quinche Ramírez, curador del Museo de la Fiscalía.
A este elemento se suman piezas como el fusil, la necropsia y el último uniforme que portó Jojoy.
También permitieron comprobar que esa guerrilla tenía su propia imprenta.
"Eran publicaciones internas. Sabemos que algunas de estas publicaciones se producían en imprentas que estaban ubicadas en departamentos en el sur del país, manejadas por las FARC para producir sus propios medios de comunicación, sus libros y revistas", afirma Ramírez.
Pero este lugar encierra también la historia del recrudecimiento de la violencia con el surgimiento de grupos paramilitares a finales de los años ochenta.
Fiel reflejo de estas acciones irracionales de la guerra es un vehículo reconstruido para que el país recuerde que, a bordo de él, el 18 de enero de 1989, en inmediaciones del corregimiento de La Rochela, fue masacrada una comisión judicial.
Imágenes de una realidad dolorosa para el país que la Fiscalía espera que los colombianos de las nuevas generaciones conozcan con toda su verdad para que no se repitan.
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Updated: junio 14, 2019 03:35 p. m.