Un hombre identificado como Martín Rangel Londoño Jaramillo, conocido como el brujo de Liborina, fue enviado de la cárcel por la muerte de una mujer en medio de un supuesto ritual de sanación en Antioquia. La víctima, una mujer de 31 años y madre de cuatro hijos, fue bañada con un líquido inflamable.
La situación se presentó en septiembre de 2021, cuando la joven tuvo la consulta con Londoño Jaramillo, a quien también conocen como ‘Hoyito’. Al parecer, la bañó con un líquido a base de alcohol, azufre y alcanfor, y posteriormente prendió fuego a otras sustancias que había rociado en el suelo. La víctima resultó envuelta en llamas.
Por la acción del supuesto brujo, la mujer terminó en el hospital y falleció una semana después debido a que el 70% de la superficie corporal había resultado afectado, recalcan las autoridades.
Según la Fiscalía General de la Nación, Martín no intervino y ella tuvo que apagar el fuego por sus propios medios. Dice la investigación que este sujeto al parecer se opuso a que los familiares de la mujer la llevaran a un hospital y se ofreció, en cambio, a realizarle curaciones con plantas.
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El brujo de Liborina, como llaman a este sujeto de 56 años, fue enviado a la cárcel a pesar de que no aceptó el delito de homicidio con dolo eventual.
Chamán golpeó a otro hombre hasta la muerte porque "pensó que estaba poseído"
Hace aproximadamente una semana cámaras de seguridad evidenciaron otro caso que involucró a un supuesto brujo o chamán. Fue en Perú donde un joven murió tras recibir una golpiza en plena calle.
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Las autoridades locales investigaron el hecho y dieron con un video que registró la brutal agresión que le apagó la vida a la víctima en la plazoleta Limacpampa. Según el material audiovisual, Herrera se encontraba caminando por la calle San Agustín, en el centro de la ciudad, cuando de la nada fue atacado por un hombre que arremetió contra él una y otra vez.
El joven intentó huir a paso rápido, pero fue derribado con una patada en su espalda y aunque se pudo reponer volvió a ser alcanzado por su agresor, un chamán que lo golpeó en la cabeza y en el rostro hasta dejarlo inconsciente en la plazoleta donde fue encontrado. Al finalizar su cometido, el asesino cogió una caja de cartón para cubrir el cadáver de Herrera.
Con este contenido, la Policía identificó al agresor como Luiggi Arthur Peralta Mora, quien se dedicaba al chamanismo y trabajaba actualmente en una agencia de viajes. La fiscalía solicitó su detención preliminar por homicidio calificado.
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