Mayerlys Angarita ha sobrevivido a tres atentados. Ella es una de las fundadoras de Narrar para vivir, una iniciativa que viene impulsando desde hace ya veinte años con mujeres sobrevivientes de los ataques de grupos armados que durante largo tiempo han azotado a los Montes de María, en Bolívar.
“A nosotras no nos persiguen por ser Mayerly o por ser cada una lo que hace, nos persiguen por lo que representamos, porque detrás y al lado de nosotras hay muchas comunidades”, explica.
Ella dice que, pese al riesgo que implica su trabajo, no va a dejar de luchar por los derechos de su comunidad.
“Por eso es tan importante proteger nuestro trabajo, porque una lideresa no nace todos los días. Lleva décadas de formación para poder llegar a los espacios donde se toman las decisiones que tiene que ver con nuestra realidad”, dice ella.
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Otros ya no pueden contar su historia, así hayan dejado los testimonios de su lucha.
Jorge Luis Solano, reconocido líder social y defensor de derechos humanos, señaló a sus posibles victimarios, días antes de su crimen en Ocaña, Norte de Santander.
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Sicarios le quitaron la vida cuando llegaba a su casa el pasado martes. Lo suyo fue una tragedia anunciada: no funcionó la seguridad que le había brindado el Estado, ni las múltiples alarmas que se habían generado.
“Lamentamos profundamente y llamamos la atención de las autoridades en el sentido de esclarecer los hechos, de dar con los responsables y que paguen”, explicó Diógenes Quintero, defensor regional del Pueblo.
Lo mismo ocurrió con Juana María Perea Plata, una activista colombo-española de 50 años que trabajaba por el turismo ecológico y fue asesinada en Nuquí, Chocó.
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El Cauca tampoco escapa a la espiral de violencia que ha cobrado la vida de 18 líderes sociales, solo en el norte del departamento, en lo que va corrido del gobierno Duque, según la asociación de Cabildos del Norte del Cauca, ACIN.
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Desde la campaña Lidera la vida, que busca proteger el trabajo de los líderes sociales, una vez más se hace un llamado para que cese la violencia.
Así lo explica Marco Romero, director de Codhes: “Una sociedad que no logra proteger a los líderes y la lideresas sociales difícilmente puede llegar a consolidar una democracia. Pero, adicionalmente, en Colombia es más importante porque esta sociedad está buscando un tránsito hacia un escenario de paz”.
Romero añade que, dada la grave crisis humanitaria causada por los crímenes de los líderes sociales , van a solicitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que Colombia vuelva al capítulo cuatro hasta que no se resuelva esta situación.
Según la Defensoría del Pueblo, del primero de enero al 31 de agosto, se han presentado un total de 275 agresiones y 136 homicidios.
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Otra forma de hacer visible el trabajo de los líderes es con murales que hablan de su legado e importancia. Un grupo de artistas utiliza el arte para denunciar esta situación.
En este trabajo han participado más de 400 líderes sociales y se han realizado 14 murales en distintas regiones del país.
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Para ellos, la sociedad debe reaccionar en forma solidaria reclamando, sobre todo, la protección de la vida.