Con 102 muertos en un solo día, Antioquia vivió su jornada más trágica por la pandemia. Uno de los fallecidos apenas empezaba a vivir, era un niño de 6 años que, aunque con una comorbilidad, solo pudo librar la pelea contra el virus una semana.
“Un niño de 6 años que estaba hospitalizado desde el 6 de abril al 10 de abril. Conocemos que tenía preexistencias como diabetes y cáncer, pero desconocemos si el 11 de abril, el día que falleció, visitó algún servicio de urgencias”, indicó René Jiménez, secretario de Salud de Bello.
En siete días, 552 personas fallecieron por culpa del COVID-19.
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Doña Olga perdió a sus padres: José Raúl Moreno, de 89 años, y María Eugenia Torres, de 80, quien ni siquiera alcanzó a llegar a una unidad de cuidado crítico, ya que falleció en su traslado.
“Recorrieron todas las clínicas, le encontraron una UCI en el Hospital General. Mi mamá estaba muy mal, estaba muy congestionada de los pulmones, ella tenía muchos riesgos y la remitieron y después de que la montaron a la ambulancia duró 20 minutos”, relató Olga Luz Moreno.
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Solo Medellín reportó más del 60% de las víctimas en la región.
“Es una situación crítica, es una situación compleja en la ciudad, esperamos que todas las medidas tengan un buen impacto y continuamos llamando la atención de la ciudadanía para que se sigan cuidando”, indicó Andree Uribe, secretaria de Salud de Medellín.
El otro drama es para quienes tienen que ver morir a esa cantidad de personas; el personal médico, hoy agotado y afligido porque de los accesos de los centros hospitalarios ha tenido que devolver pacientes por falta de UCI.
“Hasta 100 solicitudes por día y es frustrante para todo el equipo de salud ver cómo tratamos de cubrirlas y hablar con los especialistas para poder mirar qué hacer y darle solución a una estas solicitudes, pero es frustrante no poderlo hacer”, señaló Yeison Castañeda, director médico de la Clínica Victoriana.
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El número de fallecimientos es tan alto que las funerarias en Medellín están funcionando al triple de su capacidad y los hornos crematorios siguen con cadáveres represados.