Conseguir agua potable en algunos municipios del norte de Bolívar se convirtió en una disputa entre los ciudadanos. Varios afluentes se secaron por las fuertes temperaturas
y el acueducto no abastece los hogares. Las fuentes naturales de abastecimiento como arroyos y represas están agotadas por la intensidad de la sequía, que azota a varios municipios en Colombia.
Las escasas lluvias y el irregular funcionamiento de los acueductos vuelven a la situación angustiosa.
“No llueve desde el primero de enero de 2023”, dijo Juan Manuel Cárdenas, agricultor.
Poblaciones del norte de Bolívar como Santa Rosa, Clemencia y Turbana sobreviven con el agua que venden los carrotanques.
“Tenemos como 20 años aquí de estar luchando con el acueducto y nunca llega el agua. Llega dos veces a la semana un poquito y no es en todas las casas”, aseveró Rosa Pájaro, habitante de Santa Rosa.
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En la zona rural, donde no se vende agua potable, el drama es mayor. Para calmar la sed, la Policía distribuye el líquido.
“Estamos adelantando gestión humanitaria en las poblaciones que adolecen del recurso de agua potable. Hemos llegado con los carrotanques de la Policía para solidarizarnos con las comunidades que necesitan del preciado líquido”, recalcó el coronel José Galindo, comandante de la Policía de Bolívar.
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Una situación similar se vive en los barrios de Cartagena por cuenta del escaso bombeo de agua por la accidentada topografía.
Sequía en otras poblaciones
En el municipio de Puerto Escondido, situado en Córdoba, no ha llovido durante los primeros 5 meses del año. Una situación que ha desencadenado escasez de agua.
En ese territorio, el panorama es de tierra seca, animales sedientos y preocupación por la falta de líquido. Esta es la cruda realidad que viven los habitantes de esa población.
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“La ganadería aquí está afectada. El ganado está flaco, no hay pasto, no hay comida para los animales. El ganado está flaco y se ha muerto cualquier cantidad de animales. Le pedimos ayuda al Gobierno”, dijo Jerónimo López, afectado por la sequía en Puerto Escondido.
Desde el aire se observa que son pocos los pozos de agua que quedan en la región. Al menos 4.000 familias están en riesgo por la escasez de agua.
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“Desde enero nos ha azotado esta sequía. Ha acabado con las plantaciones y los reservorios de agua se han agotado. Ya no tenemos ni para los animales ni los humanos”, acotó Pedro Guerra, habitante del sector.