El ataque al sacerdote Ramón Arturo Montejo se produjo en un parqueadero del barrio Jesús Cautivo, de Ocaña, Norte de Santander, a donde llegó en el vehículo parroquial.
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Una cámara de seguridad registró el momento en el que varias personas se acercaron a la puerta del parqueadero, pero no se atrevieron a ingresar.
Un hombre, al parecer cómplice del hurto, abre la puerta del estacionamiento y los delincuentes huyen en la camioneta. Es ahí donde aparece el cuerpo del sacerdote que es arrollado por el mismo vehículo.
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“Terrible. Ocaña está en una inseguridad impresionante. Ya nos da miedo salir a la calle, hacer nuestras vueltas”, manifestó Fany Tarazona, habitante de Ocaña.
Por su parte Lucelina Durán, también habitante de Ocaña, expresó su preocupación: “Nos dio mucho pesar cuando supimos la noticia de la muerte del padre”.
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En un rápido operativo, la Policía y el Ejército capturaron a los dos hombres señalados del asesinato.
Emiro Cañizares, alcalde de Ocaña, dijo sobre el asesinato del párroco: “Lamentamos y rechazamos este tipo de hechos. Asimismo, la solidaridad con las parroquias de San Rafael y del corregimiento de Buenavista”.
Las campanas de la catedral sonaron en señal de duelo.
El presbítero Guillermo Jesús García, sacerdote de la Diócesis de Ocaña, recordó al sacerdote Ramón Arturo Montejo: “Prestaba el servicio pastoral en la parroquia de Buenavista. Hace un tiempo fui a montar bicicleta y era maravilloso escuchar de una comunidad que estaban agradecidos con el padre por su amor a las familias, a los campesinos”.
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Los dos capturados, de nacionalidad venezolana, serán presentados ante un juez en las próximas horas.
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