Daban clases de primaria en una zona rural de Caquetá. Junto con otros miembros de su banda se hacían pasar por disidencias para extorsionar.
A una de las mujeres el Gaula le interceptó varias llamadas donde ordena a uno de sus cómplices reclutar jóvenes sicarios.
Alias ‘el Tigre’ le responde que él se encargó de alentar a la comunidad sobre la limpieza social que pretendían hacer en la zona.
Víctima de las profesoras explicó que era obligada a pagar hasta tres millones de pesos. “Nos advirtieron que si avisábamos a las autoridades nos iban a matar y a nuestras familias”, explicó bajo anonimato.
Publicidad