Para muchos este es un homenaje que no debería ser, pero es la realidad en medio de la violencia en Colombia y que cobró la vida de siete policías en un ataque armado en zona rural de Neiva.
Lágrimas, abrazos y mensajes de fortaleza no fueron suficientes para contener el dolor que sacudió al país y a la Policía por el asesinato de los intendentes Wilson Cuéllar Losada, Luis Sabi Gutiérrez, los patrulleros Duverney Carreño Rodríguez y Jhon Bautista Vargas y los auxiliares Cristian Cubillos Borbón, Santiago Gómez y Arles Mauricio Pascuas Figueroa.
En una velatón en el comando de la Policía de Neiva, decenas de personas se dieron cita para mostrar su apoyo y fraternidad con las familias de los uniformados asesinados. En las calles de la ciudad también se rindieron honores y reconocimientos a estos hombres caídos en el cumplimiento de su deber.
“Es muy duro nosotros alejarnos de nuestra casa y nuestros papás saber que ya no vamos a volver”, expresó una patrullera.
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Más que un grado o un uniforme, son seres humanos que piden respeto por sus labores constitucionales que tienen que cumplir para proteger a las comunidades.
“Ellos fueron muy valientes porque sabían que eso allá era muy peligroso, ellos no querían, pero sabían que tocaba cumplir con nuestro deber”, dijo otra uniformada.
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La noche en Neiva fue de solidaridad, de reconocimiento, que se multiplicó con la luz de las llamas de las velas que rompió la oscuridad en la que muchos policías tienen que trabajar en medio de una violencia acrecentada en las zonas rurales más vulnerables del país.
¿Quiénes son las víctimas?
Wilson, Luis Alberto, Duverney, Jhon Fredy, Santiago, Cristian y Arles, más que uniformados de la Policía, eran esposos, padres y amigos, intendentes, patrulleros y auxiliares que, como dice la Policía Nacional, ofrendaron su vida en cumplimiento del deber. Algunos tenían más de 15 años de experiencia, otros apenas llevaban 3 meses en la institución.
El intendente Wilson Jair Cuéllar Losada, de Rivera, Huila, con 42 años de edad, llevaba la mitad de su vida en la institución. En casa, tenía una esposa y 3 hijos; en el trabajo, 7 condecoraciones y 88 felicitaciones que lo llevaron a ser el comandante de escuadra de la fuerza disponible.
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El intendente Luis Alberto Sabi Gutiérrez, también de Neiva, había cumplido 18 de sus 37 años en la Policía Nacional. Era casado y dejó dos hijas. Se desempeñaba como comandante de grupo de reacción, recibió 8 condecoraciones y 51 felicitaciones.
El patrullero Duverney Carreño Rodríguez obtuvo 6 condecoraciones y 44 felicitaciones por su compromiso con la ciudadanía. Era padre de dos hijos y llevaba 20 años en la institución. Nació en Bucaramanga hace 39 años, además, era integrante de la fuerza disponible.
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Jhon Fredy Bautista Vargas era patrullero. Con 31 años y oriundo de Pesca, Boyacá, estaba casado y tenía dos hijos. Llevaba 12 años en la institución y hacía parte de la fuerza disponible. En su hoja de vida tenía 3 condecoraciones y 52 felicitaciones.
Entre los 3 auxiliares de Policía se encontraba Santiago Gómez Endes, de 18 años y de Neiva. Apenas llevaba 3 meses en la institución y contaba con siete felicitaciones. Con él estaba el auxiliar Cristian Ricardo Cubillos Borbón, de 20 años, con 3 meses en la Policía y 7 felicitaciones. También Arles Mauricio Pascuas Figueroa, de 19 años, oriundo de Neiva, con no más de 90 días en el cargo y 7 felicitaciones.
Estos siete uniformados pertenecían al comando de la Policía Metropolitana de Neiva y estaban adscritos a la comisión del corregimiento de San Luis.