Estos grupos contarían con alrededor de 3.000 hombres y estarían organizados en 30 estructuras que estudian unificarse bajo un solo mando.
De acuerdo a un informe de inteligencia militar, estos grupos disidentes estarían delinquiendo en Antioquia, Córdoba, Norte de Santander, Arauca, Vichada, Guainía, Guaviare, Putumayo, Caquetá, Nariño, Cauca y Valle del Cauca.
Algunos de estos grupos se han articulado entre sí para garantizar el tráfico de drogas ilícitas. Es el caso de las organizaciones de Gentil Duarte, cabecilla del frente séptimo; Iván Mordisco, jefe del frente primero; y John 40, cabecilla del frente Acasio Medina.
Los dos primeros, están ubicados en el Guaviare, donde controlan la producción de cocaína, que le envían a John 40 para que la despache hacia Europa desde la zona de frontera con Venezuela en el Vichada.
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No solo estarían comercializando la droga entre ellos, sino que la venderían a carteles mexicanos, los cuales les pagarían en dólares en efectivo y armas.
Además, inteligencia militar pudo establecer que estos tres líderes crearon un fondo común para centralizar el mando de las disidencias. Para dicho fin, han contactado a alias ‘Guacho’, en Nariño; Rodrigo Cadete, en Caquetá y Putumayo; alias ‘Cabuyo’, en Antioquia; y alias ‘Villa’, en Catatumbo, para recuperar el control de sus zonas de influencia.
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La estrategia de fortalecimiento de las disidencias incluiría fortalecer nexos con el ELN y establecer milicias urbanas.
Según las agencias de inteligencia estos grupos se fortalecieron entre 2015 y 2017, en el tramo final de las negociaciones del gobierno Santos con las Farc en Cuba.