Una grave denuncia reveló el monseñor Hugo Alberto Torres, monseñor de la Diócesis de Apartadó, luego de que dos equipos de pastoral de esa entidad eclesiástica fueran interceptados en las cuencas del río Atrato por delincuentes que les impidieron su ingreso a la zona.
“La semana del 6 al 12 de septiembre, estuvimos dos equipos de pastoral en las cuencas del río Atrato, uno de los equipos cuando quiso entrar fue devuelto por la supuesta organización de la zona”, dijo el líder religioso.
La situación se ha hecho repetitiva en otros lugares del Urabá , donde la labor pastoral de la iglesia se realiza desde hace años.
“Encontramos que para ingresar a otros sectores hay que pedir permiso, casi que hablar con la ‘oficialidad’, por eso me parece que no es oportuno que la iglesia, pastoral social u otras organizaciones de la parroquia tengan que pedir permiso para hacer el trabajo que siempre hemos hecho, desde hace muchos años, en este sector”, manifestó monseñor.
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“¡Que nos quiten el acompañamiento que hacemos a las comunidades! No estamos de acuerdo”, exclamó.
Además, dijo que los lugares a los que se les impidió el ingreso son “un territorio rural, la ruralidad no tiene presencia ni de Ejército ni de Policía, por eso la gente toma las decisiones y quita la movilidad a la comunidad porque se siente dueña de territorio”.