En la sala de cuidados intensivos de la clínica Medilaser, de Florencia, se libra a diario una carrera contra la muerte por la gran cantidad de pacientes con coronavirus y la atención de otros con enfermedades graves.
La cifra de mortalidad es alta, explica la internista Clemencia Restrepo: “esta semana llevamos un promedio más o menos de 24 personas, faltan por confirmar más casos. Llegan en estado y condición muy grave y es muy poco lo que podamos hacer por ellos”.
Recientemente, el coronavirus apagó la vida del médico internista Juan Larios y de una jefe de enfermería del hospital María Inmaculada. Otros diez profesionales salud se encuentran hospitalizados.
Jefferson Rincón, terapeuta respiratorio, salió de la UCI. Aún está afectado, pero asegura que regresará para “seguir trabajando en esto y ayudar a mis pacientes.
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En Caquetá, los médicos denuncian escasez de insumos y el personal de la salud está agotado. Mas de 80 funcionarios están incapacitados.
El personal médico y autoridades gubernamentales insiste en apoyo al gobierno nacional, principalmente con talento humano e insumos para adecuar otras salas UCI.
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