Un equipo de Noticias Caracol acompañó una gigantesca operación contra la minería ilegal, en pleno cañón de López de Micay, en el Cauca. Varias máquinas y motores industriales fueron destruidos. El daño ambiental que están provocando las disidencias de las FARC en la zona es prácticamente irreversible.
En el imponente Cañón del Micay, corazón del departamento del Cauca, la herencia criminal de la extinta guerrilla de las FARC, el ELN y ahora de las disidencias convirtieron este territorio en uno de los mayores puntos de siembra, producción y distribución de coca en Colombia. Sin embargo, por cuenta de la caída del precio del alcaloide, hoy los grupos al margen de la ley giraron a la minería ilegal.
“Hay unas comunidades en el Cañón del Micay que imploran que acaben con esta minería ilegal porque están contaminando el único afluente hídrico que tiene el municipio de Argelia y es el río San Juan de Micay”, precisó el general Federico Mejía, comandante del Comando Específico del Cauca.
A lo largo del río Micay, las autoridades han identificado varios puntos a intervenir, pero esta vez la atención estuvo en un lugar donde imágenes del avión fantasma de la Fuerza Aeroespacial Colombiana advirtieron sobre un enclave minero ilegal.
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“Logramos afectar las finanzas de la estructura Jaime Martínez de las disidencias de las FARC, las cuales se lucran cobrando extorsiones a los mineros ilegales que trabajan en esta zona”, aseguró el coronel Pedro Astaiza, jefe de la Unidad Nacional contra la Minería Ilegal de la Policía de Carabineros.
Hombres del Ejército y la Policía de 5 regiones del país participaron en esta operación calificada de riesgosa. Otras imágenes de inteligencia advirtieron la presencia de hombres armados. Sin embargo, el estado del tiempo retrasó el asalto 4 días. Pero, ante la primera posibilidad, la operación inició en 5 helicópteros.
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Los pilotos hicieron un aterrizaje milimétrico. Los militares tomaron posiciones para asegurar el perímetro en una zona donde delinque la estructura Carlos Patiño de las disidencias, al mando de alias Kevin. Las demás unidades se ubicaron ante los cientos de personas que llegaron en lanchas desde caseríos cercanos para evitar la destrucción de las máquinas.
Y en el corazón del departamento del Cauca, en López de Micay, las autoridades encontraron una gigantesca huella de deforestación. Los uniformados verificaron con mucho cuidado las máquinas retroexcavadoras, ya que los grupos armados ilegales instalan explosivos para atentar contra los miembros de la fuerza pública.
El gigantesco enclave de minería ilegal tiene más de 20 carpas, motores industriales, clasificadoras y decenas de barriles con mercurio. “Es extremadamente perjudicial para el medio ambiente, un solo gramo de mercurio puede contaminar hasta 600 mililitros de agua”, señaló el coronel William Castaño, director de la Policía de Carabineros y Protección Ambiental.
Mientras los policías controlaban la asonada, rápidamente instalaban cargas para iniciar la destrucción. En medio de la tensión los lugareños se lanzaron a un lago para proteger una de las máquinas. Luego, los helicópteros realizaron la extracción y desde el aire se puede observar la huella de deforestación de la minería ilegal, así como otras máquinas de esta batalla que parece no acabar.
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“Se evita el uso de aproximadamente 42 gramos de mercurio, salvaguardando así el capital natural, los ríos y las especies que habitan en este sector del territorio nacional”, agregó el coronel William Castaño.
Según Naciones Unidas, más del 70% de la minería de oro de aluvión en Colombia es ilegal y dejan una huella imborrable en las selvas del país.
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