Durante seis años, en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación Georgina Ortiz, ubicado en Vistahermosa, Meta
, los firmantes de los acuerdos de paz de La Habana crearon sus proyectos de vida y reconciliación. Sin embargo, desde hace unos meses empezaron las amenazas que los violentos tradujeron en dolor y muerte.
El pasado 17 de mayo de 2023, un hombre identificado como Henry Buitrago fue asesinado mientras guadañaba un potrero en la zona y, el día de su entierro, mataron a su amigo Alfonso Correa, cuando recogía leche en una finca.
De acuerdo con Alejandro Petión, líder del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Georgina Ortiz, las víctimas se encontraban trabajando en el campo, con sus familias, bajo el eje de incorporación comunitaria y social.
Tras los asesinatos, se duplicaron las amenazas en los días posteriores. Aunque no se sabe quién mató a los dos hombres, los delitos continúan impunes. "Se supone que es un territorio en disputa, pero nadie se responsabiliza de esas amenazas aún”, aseguró Petión.
Ante el riesgo de ser violentados, el 31 de mayo vino el éxodo. Toda la comunidad salió del territorio para proteger sus vidas y en camiones se llevaron lo poco que les cabía en sus manos. "Había muchos compañeros que tenían su núcleo familiar y en este momento pues no es posible estar juntos. Todo quedó totalmente roto”, explicó Duberney Herrán, otro líder del ETCR Georgina Ortiz.
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El municipio de Granada los acogió en su villa olímpica. Allí, con polisombras y techos en telas, construyeron improvisadas habitaciones donde 170 familias, una pegada a la otra, pasan las noches y los días.
En la actualidad, residen alrededor de 56 niños y niñas, 20 adultos mayores y 32 personas en condición de discapacidad. Mientras los niños juegan por las canchas, pintan o leen, en un ambiente distinto al que solían tener en su escuela de Vistahermosa, los adultos cocinan, lavan ropa y organizan sus casas improvisadas.
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“Allá se perdieron tres proyectos, se perdió el proyecto de sacha inchi, se perdió el proyecto de caña y se perdió el proyecto de turismo. Entre esos tres proyectos hay un aproximado de más 800 millones de pesos en solo infraestructura”, lamentó Herrán.
Estas personas solo esperan que les digan para dónde se van a ir a vivir el resto de la vida. “Queremos que nos den un sitio estable donde vivir, donde estemos más seguros que allá, que no nos vayan a sacar otra vez”, dijo José Fernando Rojas, un firmante del acuerdo de paz.
“El compromiso de salir de aquí el 23 de septiembre a un lugar definitivo, donde nos vayamos a construir el nuevo centro poblado Georgina Ortiz como tal”, aseveró el líder Alejandro Petión.
Hoy la Sociedad de Activos Especiales (SAE) está en la consecución de un nuevo predio para estos errantes de la paz, porque ellos saben y tienen claro que aquí no se pueden quedar.