Jesús -lo llamaremos así por su seguridad- durante dos años perteneció a las filas de las FARC y luego, casi el mismo tiempo, a las del ELN. Con tan solo 12 años, las extintas FARC se lo llevaron a punta de mentiras.
"A uno lo invitaban, lo seducían con las muchachas, le buscaban a uno diferentes estrategias para llevárselo, pero en vista de que eso no cedía empezaban a presionar con el tema de la seguridad en la vereda donde yo vivía", relata la víctima de reclutamiento forzado.
Las amenazas, la situación económica y la falta de oportunidades empujaron a Jesús a empuñar las armas.
“Un niño de 12 años con un fusil encima, enfrentándose al Ejército y a distintos grupos armados es cruel, ¿no? Porque uno solo piensa en jugar, en divertirse y allá con un arma, aviones, soldados; es muy duro. Eso es una de las peores cosas que tú puedes vivir”, manifiesta.
Publicidad
Lo obligaron a dispararle a su mejor amigo, y como no pudo hacerlo, el propio comandante apretó el gatillo.
"Si uno no cumple con las órdenes que le dan pues acaban con la vida de uno, entonces es estar entre la espada y la pared. Es tu vida o es la del otro y las órdenes allá no se discuten, la cumples o la cumples", cuenta.
Publicidad
Después de este episodio Jesús se enfermó, ya no era útil para la otrora guerrilla, así que lo enviaron a una casa a recuperarse y de ahí escapó. Tiempo después fue el ELN quien le ofreció seguridad.
“Ellos se provechan de los niños por que los niños no tienen la capacidad de razonar, de reflexionar como un adulto y considero que es un abuso total de la niñez. Eso es un abuso por el cual deben pasar cientos y miles de niños, que en el país han vivido lo mismo que yo, niños que han sido asesinados en el monte", puntualiza Jesús.
Pero esa vida no era la que quería. Jesús entregó las armas y hoy es un ciudadano más. Como él, son al menos 6.931 menores que han sido reclutados por parte de grupos armados al margen de la ley.
“Si no aprendes a disparar te morís, entonces es una esclavitud. Creo que para mí el reclutamiento nos arranca todo y nos esclavizan, no tiene perdón, no lo tiene", dice entre lágrimas una mujer víctima de reclutamiento forzado.
Publicidad
Estos testimonios hacen parte de las pruebas que aportó elInstituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) ante la JEP y la Fiscalía en contra de las FARC, del ELN y de otros grupos armados por reclutamiento forzado y otros delitos.
“También hay violencia sexual. Los usan, desafortunadamente, como elementos sexuales y cosas sexuales”, lamenta Lina Arbeláez, directora del ICBF.
Publicidad
Según el ICBF, es claro que hubo reclutamiento sistemático con un modus operandi:
“A través del engaño, a través de la persuasión, a través de la utilización de las condiciones de pobreza. Los ponen a empuñar armas y a cometer crímenes, como homicidios, para que se sientan culpables y que sientan que no son sujetos de derecho".
El ICBF tiene bajo su protección a 204 niños víctimas de reclutamiento forzado, menores que hacen parte de los 6.931 que también esperan ser reparados.
Publicidad