La Policía de Carabineros desarticuló una organización dedicada al tráfico ilegal de oro en el departamento de Nariño .
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De acuerdo con las autoridades, algunos entables mineros en los ríos Telembí y Maguí, en el municipio de Nariño, pertenecían a una estructura dedicada al tráfico de oro, quienes por el negocio criminal dejaron una huella de mercurio imborrable en el departamento.
El coronel William Castaño, director de la Policía de Carabineros y Protección Ambiental, indicó que "ya cuando determinaban que cierta zona no estaba generando la producción que ellos querían, inmediatamente se trasladaban a otro lugar de este territorio, ocasionando la deforestación de más de 2.700 hectáreas".
Dice la Policía que el cabecilla de los depredadores del medio ambiente manejaba el negocio desde Bogotá y a su vez trabajaba con un responsable financiero que viajaba permanentemente a la zona. Además, en la organización operaban cuatro administradores ubicados estratégicamente y una persona encargada de coordinar la llegada de las máquinas.
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Esta estructura de tráfico ilegal de oro generaba ganancias cercanas a los 1.000 millones de pesos mensuales.
Dependiendo del punto donde explotaban, “tenían tres entables vigentes que lograban extraer entre dos, cinco o seis kilos de oro al mes”, contó el director de la Policía de Carabineros y Protección Ambiental.
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Algunas interceptaciones telefónicas daban cuenta de las negociaciones del oro ilegal y su reacción ante las operaciones de la Policía.
En medio de una de esas llamadas, se daba la orden de “quedarse quieto”, pues, debido a que las autoridades estaban tras ellos, evitaban perder por completo su producción.
Investigaciones desarrolladas durante 36 meses permitieron identificar a los siete señalados integrantes de esta red de "depredadores del medio ambiente".
“Fuimos tras el determinador, los partícipes, incluso contra los copartícipes de esta cadena criminal”, expuso el coronel Castaño.
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Los siete señalados criminales fueron enviados a la cárcel por los delitos de concierto para delinquir, explotación ilícita de yacimientos mineros, daños a los recursos naturales y contaminación. La segunda fase va enfocada a la extinción de dominio de los bienes de esta organización.
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