En zona rural del municipio de Ocamonte, Santander, campesinos denunciaron que más de 30 mil abejas han muerto en las últimas horas tras la presencia en el ambiente de un insecticida que habrían usado agricultores del sector para fumigar sus cultivos de caña.
De acuerdo con los apicultores, el veneno sería altamente peligroso porque alrededor de 15 colmenas se han visto afectadas.
Por esa razón, han pedido que se suspenda la fumigación, mientras logran trasladar a fincas lejanas las abejas que se salvaron de morir.