Al menos 80 representantes de las delegaciones internacionales que asisten a la COP16, provenientes de Suecia, Canadá, la Unión Europea y distintas ONG, llegaron al Centro de Educación Ambiental El Topacio, ubicado en el Parque Nacional Natural Farallones de Cali.
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Este espacio natural, que abarca más de 196 mil hectáreas de biodiversidad en flora y fauna, se ha convertido en un destino clave para sensibilizar a los asistentes sobre los desafíos y avances en la conservación medioambiental en Colombia.
Una conexión con la naturaleza
Helen Storm, embajadora de Suecia en Colombia, expresó la importancia de este recorrido para su delegación: “Para nosotros, para la delegación sueca, ha sido muy importante venir y ver de primera mano lo que significa esta biodiversidad. Es claro, Colombia es el único país en el mundo con esta riqueza de biodiversidad,” subrayó Storm mientras exploraba el terreno.
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La visita inició con un recorrido por una laguna llena de vida silvestre y situada en un punto clave del parque. Este paisaje, cubierto por bosques y amplias cascadas, forma un corredor ecológico que conecta la región del Pacífico con las cordilleras, brindando a los habitantes locales bienes y servicios ambientales esenciales como agua, fertilidad del suelo y regulación climática.
¿Cuál es el valor ecosistémico del parque Los Farallones?
Luis Olmedo Martínez, director de Parques Nacionales Naturales de Colombia, destacó la relevancia ecológica de esta región: “Estamos visitando uno de los sitios más bellos del país. Sin duda, de la región. Este parque tiene importancia ecosistémica, porque conecta desde el Pacífico a las cordilleras y provee bienes y servicios ambientales a toda la región, especialmente de agua, fertilidad y regulación climática,” explicó Martínez a los asistentes.
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La delegación también incluyó a visitantes de Bélgica, quienes quedaron impresionados por la majestuosidad de la flora y fauna del lugar. Aurelia, una asistente belga, comentó asombrada: “Los árboles son muy grandes, todo es muy imponente. Aquí hay muchos colores, muchos más animales, y la gente es muy amable.”
José Luis Martínez, otro de los asistentes al recorrido, también mostró su asombro por la riqueza ecológica de los Farallones y llamó a proteger este entorno natural: “Hay un ecosistema increíblemente bonito, con árboles, sapos, serpientes y muchas cosas. Quisiera que lo cuidemos porque es muy maravilloso”, dijo.
La pureza del agua en el parque de Cali
El recorrido llevó a los visitantes a una de las cascadas más importantes de la región, una imponente caída de agua de 130 metros de altura, que fue captada en cámara por Noticias Caracol en vivo . La cascada es una muestra de la vida en medio de los Farallones.
“Tenemos la fortuna de tomar agua de manantiales en la parte alta. No hay ninguna actividad humana, ningún evento antrópico que perjudique la cuenca,” señaló Andrés Gómez, guardabosques de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), quien diariamente trabaja en la preservación de este ecosistema.
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Con más de 150 especies de aves, monos aulladores, perezosos y una diversidad de más de 80 especies de árboles, los Farallones de Cali se ha consolidado como un ejemplo de la biodiversidad colombiana. Este ecosistema enriquece la vida en el suroccidente colombiano, ofreciendo una fuente de aire fresco y vida que invita a locales y extranjeros a sumarse a su protección.
La jornada concluyó con un mensaje de responsabilidad compartida para la conservación de estos espacios, reafirmando el compromiso de los asistentes internacionales y locales con la protección de este invaluable patrimonio natural colombiano.
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